Disponer de una cantidad suficiente de dinero con la que poder afrontar al menos dos días sin tarjeta, QR o pago móvil. Esta es la partida que los economistas del BCE recomiendan tener a mano pues subrayan que “el efectivo es un componente crítico de la preparación nacional ante crisis”. Se trata de una advertencia que realizan a nivel preventivo de cara a que los ciudadanos sean capaces de afrontar con solvencia situaciones como las del apagón que se dio el pasado mes de abril. Todo ello lo detallan en un informe donde ponen en valor el papel "crucial" del efectivo antes circunstancias como esa y otras que usan de ejemplo.

Así, los autores de este documento no solo exponen el valor práctico del dinero en efectivo, sino que también aluden a la estabilidad psicológica que da disponer de él. "El apagón ibérico puso de relieve el papel del efectivo como método de pago indispensable cuando fallan las infraestructuras digitales y también como instrumento importante para tranquilizar a la población, ampliando su influencia incluso a zonas que no se vieron directamente afectadas por la crisis inicial", ha explicado el BCE.

La entidad capitaneada por Christine Lagarde ha recordado que, en aquella jornada que dejó sin luz a la España y Portugal peninsular, el gasto por tarjetas de crédito cayó entre un 41% y un 42% en comparación con un día normal o las regiones que no se vieron afectadas. Asimismo, la facturación del comercio electrónico se desplomó un 54%.

"Este acontecimiento transformó el efectivo, que era una opción de pago entre muchas otras, en el único medio de compra para muchas de las personas que lo poseían o podían acceder a él, ya que los billetes existentes seguían siendo perfectamente funcionales incluso cuando los sistemas digitales y muchos cajeros automáticos no funcionaban", ha resumido el estudio.

La investigación se ha hecho eco de otros momentos históricos, como la guerra de Ucrania, la pandemia o la crisis de deuda soberana griega, que revelaron un "patrón constante" sobre cómo el efectivo se convierte en una "reserva estable de valor" para los ciudadanos en tiempos de "estrés agudo". De hecho, esto se ejemplifica en que cada vez más Gobiernos subrayan el rol del efectivo como "componente crítico" para la seguridad nacional e instan a sus ciudadanos, como en los casos de Países Bajos, Austria o Finlandia, a disponer de reservas para afrontar la compra de artículos de primera necesidad durante 72 horas.

Se tratan estas de unas recomendaciones que resultan un tanto llamativas ante la gran velocidad con la que se está propiciando la transición al pago digital, abriendo este método a cada vez más comercios y encontrando cómo, poco a poco, se van cerrando sucursales bancarias e, incluso, eliminando cajeros automáticos.

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