Este año el periodo estival vuelve a estar marcado por la propagación del coronavirus y sus variantes, como la Delta, entre otras. Por ello, muchos ciudadanos han decidido apartarse de las masas y optar por alquileres vacacionales, es decir viviendas para disfrutar de unos días de descanso. En concreto, uno de cada cinco españoles apuesta por esta opción, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del mes de julio. Por otro lado, y debido a las restricciones vigentes en muchos países, cerca del 80% de los veraneantes apuestan por un turismo nacional.

Entre los destinos preferidos por los españoles están, principalmente, las zonas costeras, según el 58,8% de los encuestados, pero también ganan peso otras como los municipios rurales con un 20,5% o las ciudades del interior con un 15,3%.

Extrañamente, Madrid -ciudad de interior- es la segunda ciudad de España, tras Barcelona, que más huéspedes recibe a través de plataformas como Airbnb o Booking, y la quinta de Europa, ya que registró 8,3 millones de noches reservadas por sus visitantes en 2019.

De hecho la plataforma Madrid Aloja -asociación de particulares, gestores y propietarios de alquiler vacacional de la Comunidad de Madrid- destaca que una de cada cuatro viviendas son de uso turístico en la capital. Algunos de los beneficios que aporta esta forma de viajar es que el huésped no está sujeto a limitación horaria, tiene más espacio y no tiene ninguna necesidad de compartir zonas comunes con otros huéspedes ni de realizar actividades organizadas. Hay que destacar que Madrid Aloja está compuesta por más de 4000 viviendas de uso turístico en la Comunidad de Madrid.

Según el último estudio de Europ Assistance, este tipo de alojamientos se sitúan como primera opción de alojamiento, afirmando que el 84% de los españoles tenía intención de viajar en los próximos 18 meses. En el caso de Madrid, las buenas perspectivas respecto al ocio y el alquiler vacacional se ven reflejadas en la normativa que el Ayuntamiento ha de dirimir respecto a la convivencia entre vecinos con turistas. Algunas de las propuestas pasan por limitar el alojamiento a cuatro de diez el número de viviendas de alquiler temporal o establecer un censo de plazas limitadas.