La Agencia Tributaria investiga desde la pasada semana otra lista de evasores fiscales entregada por un ex empleado de un banco suizo al gobierno del estado alemán de Renania-Norte Wesfalia, es la denominada 'lista Renania' en la que figuran españoles titulares de cuentas opacas al fisco por un importe de unos 8.000 millones de euros. Las autoridades alemanas han entregado información a 20 países europeos con titulares de cuentas operativas entre 2006 y 2008 con saldos superiores a los 100.000 euros.

Hacienda confirma después de Renania
La Agencia Tributaria se ha limitado a confirmar la existencia de esa lista, desvelada por el diario Público, después de que el ministro de finanzas de Renania, Walter Borjans, confirmara públicamente que tenía la información y que la había compartido con los países europeos en los que aparecían ciudadanos de sus respectivas nacionalidades. Hacienda no puede desvelar datos fiscales de ningún ciudadano y la única lista que se ha hecho pública es la de morosos, publicada por primera vez en España el pasado mes de diciembre.

Los alemanes pagaron 18 millones por los CD
El gobierno del Lander alemán compró la información al ex empleado del banco suizo en 2010, año en el que el informante (cuya identidad está protegida) entregó un CD a cambio de 1,1 millones de euros. Posteriormente entregó otros 10 CD a cambio de 18 millones de euros. Es la primera vez que un gobierno -en este caso regional- reconoce haber pagado por una información de este tipo, un total de 19,1 millones de euros por 11 CD.

Negocio redondo
Pero a la Hacienda alemana le ha salido rentable, porque a cambio de esos 19 millones de euros ha recaudado ya más de 5.000 millones, con el cobre de sanciones e impuestos atrasados a 120.000 alemanes que tenían dinero en cuentas opacas en Suiza. Este asunto abrió un debate público en Alemania sobre la legitimidad de que un gobierno compre con dinero público una información obtenida ilegalmente, pero la opinión pública está a favor de perseguir a los evasores. Además, provocó una crisis diplomática entre Suiza y Alemania, porque los suizos acusaron al inspector jubilado de hacienda alemán que contactó con el 'informante' de ser cómplice y presionar al informático del banco suizo que pasó la información.