El mundo del ahorro lleva muchos años viviendo una situación anómala. Tipos cero o tipos de interés negativos que suponen o no cobrar nada por depositar el dinero en un banco o tener que pagar si se compra una letra del Tesoro, aunque estas últimas ya no se venden a los inversores particulares.

Vaya usted a su banco y oirá las mismas consideraciones cuando pide rentabilidad para su ahorro: Con los tipos de interés al 0% en el Banco Central Europeo (BCE) es imposible darle ganancia alguna… si quiere rentabilidad debe asumir el riesgo de la Bolsa, de las divisas, de los inmuebles, etcétera.

Y es que a la banca europea el BCE les cobra además del 0,4% por tener allí depositados sus ahorros. Esta medida la tomó el banco del euro para que las entidades financieras diesen créditos y no tuvieran el dinero parado, con el fin de reactivar las economías. Así, el hecho de tenerlo parado les supone un coste por lo que difícilmente les interesa que vaya usted a depositar el dinero si éste no lo pueden convertir en créditos al consumo o créditos hipotecarios, créditos a empresas.

De hecho, aunque no sea un aspecto demasiado conocido por el gran público, a las empresas, los bancos les cobran por tener su dinero depositado. Con 20.000, 40.000 o 100.000 euros, no hay problemas y los bancos aunque retribuyen cero o porcentajes ridículos –en torno al 0,2%- no piden nada a cambio. Pero empresas que tienen cifras mucho mayores en las entidades financieras ya están teniendo que pagar por esa liquidez que les sobra bajo el argumento de que a ellos les cobra el BCE.

Es más, expertos como Juan Ignacio Crespo, apuntan a que a lo largo de este año la cosa se puede complicar aún más. La entidad presidida por Mario Draghi dejó a finales del pasado de comprar deuda y bonos de empresas de los distintos países del euro. Es lo que se conoce como el fin del “manguerazo” de liquidez del BCE. Y según este analista para sacar más dinero al mercado que empuje las economías la actual penalización del 0,4% al dinero depositado en el BCE podría aumentarse hasta el 0,5%

Pero el panorama económico ha cambiado de manera decisiva en las últimas semanas. La economía italiana se encuentra en recesión, la alemana ha parado su crecimiento y en toda Europa se hacen revisiones a la baja sobre la evolución alcista de su Producto Interior Bruto (PIB). Y ello combinado con un mundo que se desacelera con Estados Unidos y China como principales referencias.

En España, aunque tenemos buenas previsiones de crecimiento para este año que superan el 2,3%, las peticiones de crédito no despegan. “Las carteras de préstamos siguen encogiendo (-1,8% en el último año, con un descenso del 4,7% del crédito a empresas), y no se vislumbra el final del proceso de desapalancamiento”, explica el jefe de inversiones en España del banco suizo UBS, Roberto Scholtes Ruiz en un reciente artículo.

Esto indica que los bancos españoles están sobrados de dinero y no necesitan el del pequeño ahorrador para hacer su negocio tradicional que consiste en captar recursos baratos y luego convertirlos en créditos y obtener así su margen financiero. En un escenario de menor crecimiento económico y, por tanto, de menor necesidad de créditos, de tipos cero que se mantendrán en buena parte de este 2019 y en el que las penalizaciones del BCE pueden aumentar, no hay posibilidad para que sus ahorros puedan rentabilizarse de forma segura en las entidades financieras. 

Y sería interesante empezar a echar cuentas. Con las comisiones que cobran algunas entidades por depósitos o cuentas corrientes es muy probable que muchos españoles ya estén pagando por tener sus ahorros en el banco. La situación no mejorará este año, pero pocos se atreven a dar el paso hacia el riesgo, después de la mala experiencia vivida en 2018 con los mercados financieros.