El ruido de la calle impide a Josep mantener intacto los hilos de su diálogo. "Si fuéramos independientes – dice el catalán, mientras ojea el Sport en las terrazas del Bona Sort - no tendríamos que cargar con las tonterías de Rajoy". "Los españoles – se refiere así a los <> – han vivido gracias a las rentas de nuestro país". "Ahora es el momento de soltar las anclas de Hispania y navegar por los mares de la libertad". "Dile a tu President – le replica Manolo, un emigrante andaluz de los tiempos del baby boom- que se deje de patriotismos absurdos y solucione, de una vez por todas, las púas del Parlament". "Desde que gobierna Arturo – se refiere a Artur Mas – estamos peor que en los tiempos del tripartito". "Hoy, Cataluña ya no es la tierra dorada de ayer". "Los Talgos de Andalucía – sigue Manolo en su réplica a Josep – ya no son los tubos de hierro oxidados, que décadas atrás, inundaban con maletas y acentos del sur; los suelos fértiles de Sants".

A dos calles más arriba. Cientos de "ciutadans", provenientes de Montjuïc, esperan la luz verde para perderse entre los colores de la "Senyera". Con el eslogan: "Catalunya, nou estat d'Europa". El "Passeig de Gràcia" está ocupado por una serpiente gigante, de tonos rojos y amarillos, que cabalga lentamente por las curvas espinosas del ocho punto uno del "Estatut Català". "El día de la Diada – en palabras de Andrés, compañero de Josep – ha servido a las siglas de Mas para poner tierra mediante entre; los prados de las rosas y los cielos de las gaviotas. "Hoy – seguía el viejo amigo, mientras agotaba su Vichy – las calles de Gaudí han sembrado un antes y un después; entre las preposiciones que separan los tejidos discursivos del ser catalán (y/o) español ".

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