Kiko Matamoros no es muy dado a expresar sus sentimientos. Sin embargo, de vez en cuando el colaborador de 'Sálvame' deja entrever momentos de su vida privada, tal y como ha hecho en su programa con una confesión personal que nadie se esperaba.

Matamoros, que ha sido una de las voces más críticas contra Rocío Carrasco desde que empezara la emisión de ‘Rocío: contar la verdad para seguir viva’. Pero ahora, para sorpresa de todos sus compañeros, ha reconocido que no ha visto el documental por una razón: le recuerda demasiado al distanciamiento que tuvo durante años con sus hijos.

“Mi hijo me ha pegado un vapuleo en un plató y yo no tenía fuerzas. Se me caía el alma al suelo, hubiese preferido que me hubiese roto la cara. El que piensa que los hijos no te duelen…”, contaba a sus compañeros.

Éstos, sorprendidos por la confesión, le preguntaban sobre el por qué la docuserie “condicionado” por su propia experiencia. “Claro que estoy condicionado. Yo sé lo que he llorado”, contaba.

A continuación, desgranaba que no ha sido agradable escuchar la historia de Rocío Carrasco. "Me remueve muchas cosas”, agregaba. “Estaba deseando reencontrarme con mis hijos como una prioridad. Ahora vivo más feliz”, asegura Matamoros

Además, ha lanzado una pulla a la protagonista de la docuserie: “Yo tendría las mismas razones para no hablar a mi hijo en la vida, pero estaba deseando reencontrarme con ellos como una prioridad. Ahora vivo más feliz, mejor y estoy agradecido”, soltaba.

Pese a  todo, indicaba estar más cerca de ella que ninguno de sus compañeros. “He pasado cuatro años sin hablar con un hijo, sé lo que es eso. A mí se me remueven las tripas”, ha concluido.