Todos repudian su comportamiento, pero nadie pone remedio, salvo Madrid y el Barcelona, que ya lo hicieron en su día. Los ultras campan a sus anchas por los estadios españoles. Deseos de muerte, reivindicaciones extremistas, insultos homófobos... O, en su defecto, reivindicaciones de 'compañeros', como ocurrió el jueves en Riazor. El grupo ultra del Deportivo, los Riazor Blues, mientras Torres, inconsciente, estaba siendo atendido por la Cruz Roja, corearon "Jimmy Vive" hasta que el jugador Florín Andone les pidió respeto. Esto es sólo una pequeña muestra de lo que estos individuos hacen en nombre de sus 'amados' equipos.