Una año más, Málaga se vestía de gala para empezar con sus procesiones de Semana Santa. El ambiente parecía tranquilo hasta que los asistentes empezaron a percatarse de una estampida de gente, lo que llevó a muchos de ellos a pensar en lo peor ante tantas aglomeraciones, dados los recientes atentados en Londres, San Petesburgo y Estocolmo.

Finalmente tras la llegada de la Policía, resultó ser una pelea entre cofrades que había causado nerviosismo y revuelo entre los que se encontraban a su alrededor.