Pérez de Albéniz, en su blog de Cuarto Poder, destaca que "en la versión televisiva del 11-M no encontrará casetes de la Orquesta Mondragón o Kangoos tuneadas. Solo hechos probados por la Audiencia Nacional (sentencia 65/2007, sumario número 20/04), para desesperación de aquellos que, siete años después, siguen rentabilizando el dolor y alimentando la confusión sobre los atentados".

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Fuerte carga emocional
"Televisivamente hablando, y esta es la auténtica sorpresa, 11-M… es un producto digno. Lo que supone un gran mérito, puesto que la carga emocional resulta tan grande que fácilmente podría eclipsar el trabajo de actores, guionistas… No estamos, como en otras muchas ocasiones, contemplando una tragedia que se ha producido a miles de kilómetros, que podemos ver desde la distancia como una simple película de acción. (...)  En cualquier caso se trata de una serie dramática interesante que, y esto es muy importante, no se recrea en el melodrama y evita la sangre fácil. Al menos en su primer capítulo…", concluye.