El defensa español Gerard Piqué (d) y el centrocampista Juan Mata (2d) participan en una rueda de prensa ofrecida por la selección española en Washington, DC (Estados Unidos), este miércoles. EFE

 

 


Estoy indignado. Y harto de que me den la razón como a los tontos, locos o borrachos. Ya está bien de que nos vendan la moto de seis ruedas y el “Iniesta de mi vida”. ¿Y por qué no les pagan a nuestros internacionales 2.000.000 euros, y netos, por revalidar el Mundial?

¡Y que no paguen impuestos!
Ángel María Villar, presidente de la FEF, que está imputado por tantas y tantas irregularidades (todas se las han tapado Aznar, Zapatero, Rubalcaba, Rajoy, Moncloa, Zarzuela y el próximo que venga hará lo mismo) reconoce que, en caso de revalidar el título y ganar el 13 de julio en Brasil este Mundial, nuestros futbolistas (el 80% ni habla idiomas, ni tiene un título universitario) cobrará 720.000 euros. Así lo estipularon Casillas y Xavi Hernández, los capitanes de la Roja, con Jorge Pérez, secretario general de la Federación.

¿Netos o brutos?
Como doy por hecho que los asesores jurídicos de la Real Federación Española de Fútbol –faltaría más– siguen al pie de la letra todas las indicaciones de Montoro, Casillas, Ramos, Xavi, Alonso, Iniesta y todos los demás, lo que cobren por su participación mundialista, será en bruto. ¿No es justo? Es decir, que si el taxista de Albacete, aunque no pueda, paga sus módulos y si al autónomo de Badalona o de Santa Coloma (sea independentista o no) le retienen el 21% (así lo aprobó el Ejecutivo de Rajoy) por lo poco o mucho que cobren, espero que los integrantes de nuestra Selección (¡Viva España!) no hagan como tantos Bárcenas y lo declaren todo en Gibraltar.

¿Y por qué no les pagan 2 millones de euros?
¿Y por qué no? Tanto Casillas, Xavi, Iniesta y Del Bosque y el abuelo Padrón (¡pero todavía no está jubilado!). Pero claro como los asesores de nuestros internacionales no quieren perder su millonaria comisión son capaces de lo humano, galáctico y divino. Y ya verán (como la jodienda no tiene enmienda) como el Vaticano mueva ficha, todos irán peregrinando a todas las ciudades importantes de Brasil.

Mi Fundación, en Sierra Leona
Un prestigioso abogado de la capital y que asesora, además de una decena de futbolistas del Real Madrid, a todos los yuppies del PP (los únicos que hoy en día tienen dinero), como se creyó, tras tomar tres vinitos en el Bernabéu, que era el Nuevo Conde de Montecristo, me contó su secreto. “Si tienes pasta, lo mejor es que hagas como todos los cracks de Florentino. ¿Qué hacen? Escolarizan y pagan la comida (unos sacos de arroz al mes) de unos cuantos estudiantes y, por muy poco dinero, su Fundación solo paga el 7% de los ingresos por sus derechos de imagen que generen tanto en España como en el extranjero”. Aluciné en colores. ¿Ustedes no?

Casillas, Gasol, Nadal y…
Sí, todo hijo de vecino tiene su Fundación. En Sierra Leona o en cualquier país africano. ¿Sus hijos no harían lo mismo si sus asesores ‘millonetis’ les dijeran que"y encima escolarizamos a tantos jóvenes, les damos arroz para que coman cada día, durante tantos meses ysólo pagaremos el 7% de nuestros impuestos, sin necesidad de que cambies tu residencia fiscal a Montecarlo, Andorra, a Venezuela o…”?

¿Es justo que cobren 720.000 euros?
Sí, que se entrenen la Luna o en Marte. Creo que nuestros internacionales, cuando más de 400.000 españoles titulados universitarios, aunque no sepan dar patadas a un balón pero pueden comunicarse y por sus argumentos convencer a Obama, no tienen fuerza moral para cobrar esa astronómica prima. Si España gana el Mundial, y ojalá haga historia, la FEF pagará más de 23 millones de euros en primas.

Colau, ¿qué harías con los 23 millones?
No la conozco, pero como su mirada es limpia, me fio de ella. ¿Se imaginan la cantidad de gente que dormiría feliz en su casa, y todas las noches del año, si nuestros internacionales le donarán su prima por ganar este Mundial. ¡Si Casillas, Iniesta y Xavi ganan más de 8 millones de euros netos!

Posdata: A los tontos, locos y borrachos siempre (y más a los que vamos por libre) se nos da la razón tarde; demasiado tarde.