Seguro que has oído hablar mucho del Internet de las cosas. Eso de frigoríficos, hornos, lavadoras, persianas y termostatos conectados a Internet. De este modo se puede enlazar en remoto y mandar datos a los propietarios. Si falta jamón o mantequilla, si la lavadora ha terminado el ciclo corto o si es buena idea de que pongas la calefacción que la casa se está quedando fría.
Pero los humanos somos cada vez más cosas. Así que parece que también somos susceptibles de ser conectados a Internet: En concreto el cerebro que al ritmo de uso que le vamos dando, cada vez parece más un frigorífico.

Se han adelantado a Elon Musk

El caso es que científicos de la universidad sudafricana de Witwatersrand (no es broma, lo hemos comprobado) han desarrollado un proyecto para conectar por primera vez un cerebro a Internet. Se han adelantado nada menos que a Elon Musk que andaba intentando lo mismo con su idea Neural Lace. De momento el asunto no es que vayas a poder entrar en Facebook con la mente o tengas que activar funcionalidades de privacidad para que todo el mundo se entere de tus pensamientos a través de Twitter. La cosa aún es más modesta. Lo que consigue este proyecto, llamado BraInternet porque los científicos tienen grandes ideas pero les falla la creatividad, es transmitir las ondas cerebrales por la red. Así se puede establecer el funcionamiento del cerebro y conocer más sobre sus impulsos y de qué modo se conforma el pensamiento. Al menos eso dicen los investigadores que lo han desarrollado. Que tampoco está muy claro.
El fin es facilitar que una persona comprenda su propio cerebro y el cerebro de los demás. A simple vista, se antoja una herramienta extremadamente útil. A ver si de una vez nos entendemos entre nosotros aunque sea leyendo nuestras ondas cerebrales en Internet.