Gabriel Rabinovich, bioquímico y doctor en Inmunología, descubrió desde pequeño su vocación ligada a la salud mientras ayudaba en la farmacia de sus padres en Córdoba (Argentina). Su interés por la ciencia creció gracias a dos profesoras de secundaria y se consolidó cuando su hermana le regaló Cosmos, de Carl Sagan. “Sea cual fuere el camino que sigamos, nuestro destino está ligado indisolublemente a la ciencia”, recuerda como una de las frases que más lo marcó.
Como investigador, Rabinovich concibe su trabajo como una forma de transformar el conocimiento en oportunidades para los pacientes, los estudiantes y la sociedad. Buena parte de su trayectoria se ha centrado en el estudio de los glicanos —azúcares presentes en la superficie celular—, tradicionalmente considerados irrelevantes, pero que en realidad contienen una “información biológica clave” capaz de regular el comportamiento de las células cuando son reconocidos por ciertas proteínas, como las lectinas.
En ese proceso, su equipo identificó el papel fundamental de la galectina 1, una proteína capaz de equilibrar el sistema inmunitario tras una respuesta inflamatoria intensa. Esta función es esencial para evitar enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple o la diabetes. A partir de este hallazgo, desarrollaron una plataforma terapéutica que permite eliminar los linfocitos dañinos responsables de atacar tejidos propios del organismo.
Además, descubrieron que la galectina 1 también protege al feto durante el embarazo silenciando temporalmente el sistema inmune materno. Sin embargo, este mismo mecanismo puede ser usado en contra del cuerpo cuando es aprovechado por los tumores. “Al crecer, los tumores se apropian de esta proteína y, cuando un linfocito va a dañarlos, producen galectina 1 para eliminarlo y evadir la respuesta inmune”, explica Rabinovich.
Frente a esto, su equipo diseñó un anticuerpo monoclonal que neutraliza la acción de la galectina 1, lo que en modelos experimentales ha permitido potenciar la inmunidad contra distintos tipos de tumores y frenar su crecimiento al impedir la formación de vasos sanguíneos que los nutren. Aunque prefiere hablar de tratamientos más que de curas, reconoce que “ha habido una revolución enorme en el campo de la inmunoterapia” y que cada vez se enfoca más en el microambiente tumoral que en las células cancerosas en sí.
El investigador argentino lidera ahora uno de los primeros grupos del CaixaResearch Institute, un centro pionero en España dedicado por completo a la inmunología. A su juicio, se trata de un modelo único que permitirá abordar enfermedades desde una perspectiva transversal, ya que muchas comparten un trasfondo inflamatorio. “La inmunoterapia podría tratar todas esas enfermedades con un trasfondo inflamatorio”, afirma, incluyendo patologías neurológicas, cardiovasculares e incluso el envejecimiento.
Desde Barcelona, su equipo estudiará la interacción entre glicanos y lectinas —lo que denominan glicocheckpoints— en cáncer, enfermedades autoinmunes e infecciones. Rabinovich valora especialmente el ecosistema de ciencia, tecnología e innovación de la ciudad, así como la posibilidad de colaborar estrechamente con otros centros y hospitales. Para él, el futuro de los tratamientos pasa por la medicina de precisión y la creación de nuevos fármacos adaptados a cada paciente, algo que solo será posible mediante un diálogo fluido entre investigadores y clínicos. Su deseo es claro: que ningún paciente vuelva a oír que ya no hay más opciones.