El Instituto de Arte Contemporáneo ha coordinado el informe sobre el mercado del arte en España, encargado por la Fundación “la Caixa”, con la colaboración de ARCO. La presentación de dicho informe tuvo lugar en CaixaForum Madrid y contó con la presencia de tres de sus autoras: Marta Pérez Ibáñez, presidenta del Instituto de Arte Contemporáneo, e Isabel Niño Alfonso y Beatriz Niño Alfonso, directoras de NIAL ART Boutique Law Firm, que junto con Claire Mc Andrew, directora de Arts Economics, elaboraron el informe. El acto fue presentado por Nimfa Bisbe, jefa de las colecciones de arte de la Fundación ”la Caixa”. El estudio abarca el periodo comprendido entre 2018 y 2021, con especial énfasis en el impacto de la pandemia de Covid-19 y presenta una clara radiografía económica sobre galerías, casas de subastas y coleccionismo en nuestro país.

El mercado del arte en nuestro país estaba teniendo un crecimiento sostenido hasta la irrupción de la pandemia

La primera en intervenir fue Pérez Ibáñez, quien analizó los datos estadísticos comparados de los últimos años del mercado del arte en España, muy golpeado por la pandemia de Covid-19. Un mercado que estaba en franca expansión en los dos ejercicios anteriores y que sufrió un violento frenazo, debido a las causas por todos conocidas. Los datos fueron particularmente negativos, ya que España prácticamente dobló la caída que sufrieron las ventas a nivel global. Esto ubica al mercado a niveles de 2014. De todas formas, no es difícil ver el vaso medio lleno, ya que si el período que tomamos es el de la última década, de 2011 a 2021, los datos siguen siendo positivos. Y no es que nos hagamos trampas al solitario, sino que se afronta un lógico período de recuperación postpandemia. Aunque nuestro país sigue teniendo un peso pequeño tanto en el mercado global como en el europeo, el crecimiento en ese último período de referencia fue de los más altos del continente, incluso por arriba de Francia o el Reino Unido. Dentro de la Unión Europea, Brexit mediante (el británico era el mayor de los mercados), España ya ocupa el cuarto lugar. 

¿Cómo se compensó la falta de ferias durante el confinamiento? Con el despliegue de las online viewing rooms (OVR), salas de visualización en línea de ferias de arte, que por supuesto no llegaron a las ventas de las ferias, pero multiplicaron por ocho su incidencia respecto al año anterior. En principio, se podría decir que este canal de venta ha logrado asentarse, y no se retraerá a partir de la normalización de las actividades, al menos a corto y medio plazo. Las galerías de España, pese a esto, sufrieron un muy bajo impacto en el empleo, pero fundamentalmente porque son pequeñas, por lo que tienen muy poca gente contratada. A esto se sumó la reducción de costes operativos que generó el propio confinamiento. Es decir que, aunque hubo una caída en las ventas, las galerías se mantuvieron rentables. Teniendo en cuenta las expectativas positivas para el siguiente período, podríamos decir que no se puede dejar de ser optimistas. En cuanto a las subastas, en nuestro país, de momento, tienen muy poca incidencia ya que es un sector considerablemente menor al de las galerías de arte.

La sostenibilidad y la accesibilidad del arte son dos de los objetivos prioritarios

Las hermanas Niño Alfonso, que se ocuparon de la última parte del informe, hicieron un recorrido por los temas legales relacionados con los artistas y las galerías de arte. Beatriz destacó la precariedad en la situación laboral de los artistas, mientras que Isabel se centró en aspectos técnicos y de seguridad tanto legal como informática en el mercado del arte.

Para acabar, volvió a tomar la palabra Marta Pérez Ibáñez, para explicar las conclusiones, tanto positivas como negativas, del informe. Destacó que las fortalezas del mercado español son el alto compromiso de la pequeña empresa privada, los artistas como mecenas, el dinamismo, la creatividad y la resiliencia. En la acera de enfrente, las debilidades son el escaso volumen de negocio, los bajos precios, la precariedad de todo el sector, la dependencia del apoyo estatal y la poca representatividad internacional. En cuanto a las perspectivas a futuro, hay miedo de que la crisis sanitaria sea duradera y que esto haga que el mercado no sea sostenible. Por eso, los objetivos que se plantean son el de la sostenibilidad, la accesibilidad, la transparencia y la ética.