El PSE-EE de San Sebastián ha denunciado recientemente la aparición de pintadas en una de las facultades del campus de la Universidad del País Vasco (EHU), en la capital guipuzcoana, donde se califica a los socialistas con la palabra ‘Lapurrak’ (ladrones en euskera).
A través de sus redes sociales, los socialistas locales han expresado que, “una vez más”, se ven en la obligación de denunciar estas “actitudes incívicas”. Además, han señalado que estos actos no solo suponen un insulto y una falta de respeto, sino que también implican un coste económico para todos los contribuyentes debido a los servicios de limpieza. "Detrás de ellos siempre los mismos 'valientes' que nunca dan la cara", han censurado.
Esta situación no es un caso aislado. Esta no ha sido la primera vez que la formación socialista ha denunciado pintadas e insultos: 183 agresiones en apenas dos años, lo que se traduce en un acto vandálico cada tres días y medios desde noviembre de 2023. Por ejemplo, por tercera vez en el mismo mes, la Casa del Pueblo del PSOE en Vera (Almería) amaneció cubierta de pintadas insultantes como “corruptos”, “puteros”, “cocainómanos” o “traidores”.
En Vera, los militantes socialistas han vuelto a limpiar las pintadas. Aunque no es la primera vez ni probablemente la última, lo que resulta más difícil de borrar es la sensación de que el odio va calando. Desde la dirección del partido advierten: “Hoy ha sido Vera, pero mañana puede ser cualquier otra sede, en cualquier pueblo o ciudad. Quien calla, otorga. Y quien no condena, consiente”.
Este últimoacto vandálico, símbolo del compromiso democrático de los socialistas en la comarca, se suma a una preocupante cifra de 183 agresiones en apenas dos años, lo que supone un ataque cada tres días y medio desde noviembre de 2023.
“No es casualidad”
Desde Ferraz, el PSOE subraya que “no hay casualidad” en estos ataques, que consideran “otro episodio de odio político” vinculado directamente al “clima de crispación política alimentado por la derecha y la ultraderecha, tanto en los parlamentos como en los platós”. La indignación social no es nueva, pero la respuesta se ha vuelto más firme y ruidosa, especialmente en redes sociales, donde las imágenes de los ataques en Vera han provocado una oleada de solidaridad.
A su vez, desde la dirección socialista se exige al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, “una condena clara, expresa y sin matices”. Los dirigentes del PSOE insisten en que “en democracia, la violencia política no se tolera, no se blanquea ni se ignora: se condena”. Sin embargo, denuncian que el Partido Popular ha mantenido un silencio absoluto, sin emitir comunicados ni declaraciones institucionales que reprueben estos ataques, ni ahora ni en las 182 ocasiones anteriores. “Callar es permitir, y mirar para otro lado es justificar”, advierten desde el PSOE, que manifiestan su frustración por lo que perciben como una connivencia pasiva de la derecha con el acoso político.
Los datos son contundentes: las sedes del PSOE han sufrido desde pintadas e insultos hasta roturas de cristales, amenazas y hasta intentos de asalto, como los ocurridos frente a la sede de Ferraz durante las protestas contra la ley de amnistía. Pero los socialistas insisten en que no se trata solo de vandalismo, sino de “una estrategia de señalamiento y miedo que busca amedrentar a quienes defendemos la democracia, la convivencia y los derechos de todos y todas”.