Isabel Díaz Ayuso y su equipo en la Comunidad de Madrid enfrentan críticas por presuntamente encubrir denuncias de violencia sexual que finalmente han sido remitidas a la Fiscalía. Las acusaciones señalan posibles negligencias y omisiones en la gestión de estos casos. Esta es una de las noticias más leídas esta semana en ElPlural.com.
El Partido Popular ha utilizado el ‘caso Errejón’ para dar lecciones y cuestionar la bandera feminista del Gobierno de coalición, acusando a Sumar y a Más Madrid de encubrimiento y exigir con todo ello la dimisión del presidente del Gobierno. Todo sin hacer un mínimo de autocrítica y sin mencionar los casos que han asolado a su partido.
En este sentido conviene recordar que el PP de Isabel Díaz Ayuso “encubrió” los escenarios de bullying, xenofobia y machismo que se denunciaron dentro de Nuevas Generaciones. Ante la pasividad de los órganos del partido para atajar estos episodios de abuso que denunciaron varios de los integrantes de Nuevas Generaciones, éstos recurrieron a la Fiscalía.
“Aprovechando el tirón que tengo entre los homosexuales del partido, se valían de que les gustaba a muchas personas para conseguir más afiliaciones, y también me controlaban”, explicó a los micrófonos de ElPlural.com uno de los afectados, revelando que intentaron aprovecharse de él sexualmente para alcanzar objetivos políticos.
“Me preguntaban por cuestiones personales: una vez me fui de viaje con unos amigos y me empezaron a preguntar por ellos, cuando son personas normales que no tienen nada que ver con la política. Era una forma de espionaje y seguimiento, para asegurarse que nadie sacaba los pies del tiesto”, añadía.
Esta ambición desenfrenada por el poder llevó a algunos dirigentes a proponer estrategias de captación que incluían el uso de su influencia entre los miembros homosexuales del partido: “Me dijeron que aprovechase esa situación [su orientación sexual] para atraer más personas al distrito”. “Me di cuenta de que estaban intentando aprovecharse de mí para conseguir algo que estaba mal. Y noté que se estaban intentando aprovechar de mí sexualmente para conseguir sus objetivos”, lamentó.
No obstante, tal como denunció en declaraciones a este periódico, las propuestas no se quedaron ahí, sino que le llegaron a proponer fiestas con “alcohol y drogas”, con el único objetivo de “atraer a jóvenes” y ganar visibilidad. “El objetivo era conseguir el máximo número de afiliados posibles para hacerse notar, dando igual los métodos. No había ningún límite. Incluso por ejemplo, en el Orgullo, me dijeron que me fuese a Chueca y que los que me siguieran y me hicieran caso, me los trajera para aquí para hacer una fiesta. En el momento en el que vi el rumbo que estaba tomando la cosa, decidí salir de allí”, reconoció.
Además, la homofobia fue otra de las cuestiones que se denunciaron: “Conozco gente del partido que sí la ha experimentado, a pesar de la gran cantidad de homosexuales que hay en el partido. Que tenemos que ser de cierta manera por ser gays, como cayendo en muchos clichés, se referían a nosotros como el ejército de maricones para ir a los actos”. “El tono era muy despectivo, y era un poco hipócrita que dijeran ese tipo de cosas y que luego me estuvieran pidiendo que utilizara mis encantos para atraer más gente al partido”, sentenció el testimonio consultado por ElPlural.com.
Por ello, ante estas denuncias que el PP de Madrid no investigó y obligó a los afectados a recurrir a la Fiscalía para que se llegue al trasfondo de la cuestión y se tomen las medidas pertinentes ante estas graves cuestiones denunciadas, sorprende la actitud de todos los rostros del Partido Popular que en la actualidad han aprovechado el caso que envuelve al exportavoz de Sumar, Íñigo Errejón, para dar lecciones y claves de ejemplaridad.