La Comunidad de Madrid ha visto como el auge del pin parental ha desestabilizado sus cimientos y ha hecho que sus tres partes vuelvan a mostrar sus diferencias públicamente. Mientras Rocío Monasterio, líder de Vox en la región, avisa a sus homólogos (“si no aceptan se van a aburrir mucho”); tanto Isabel Díaz Ayuso como Ignacio Aguado repelen el cuerpo a cuerpo sabiendo que ni aceptar ni sentenciar a sus sustentadores son opciones factibles.

Es por eso que la presidenta de la Comunidad ya ha empezado a acelerar su plan para contentar a las dos partes garantizando el cumplimiento de su palabra en campaña electoral. Una especie de veto parental preventivo que, pese a no parecerse a la inmediatez y el sistema de contratos que quiere imponer Vox, se erige garantizando los mismos preceptos fundamentales: los padres y sus convicciones morales primarán sobre el sistema de enseñanza, teniendo la capacidad de ver los programas educativos completos antes de que arranque el curso escolar para decidir dónde matriculan a sus pequeños.

El documento del ‘pin Ayuso’ se ha remitido este lunes a todos los colegios e institutos. Tal y como narra El Mundo, medio que ha tenido acceso a susodicho contrato, cumplir los requisitos estipulados es obligatorio: “Los programas educativos, incluyendo las actividades complementarias y extraescolares, señalando las que tengan carácter habitual, los recursos y los servicios complementarios, que figuren en la programación general del curso actual, así como la información relativa a las actividades que conste en la memoria del curso anterior”.

Pese a que tanto la popular como su equipo defienden abiertamente que no hay ningún problema de adoctrinamiento en las aulas de Madrid, ya que no han registrado denuncias en este sentido y defienden las bondades de la educación en la región, amparan esta cesión encubierta recordando el artículo 27.3 de la Constitución Española: “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.

Vox no cede: o hay pin parental o no habrá presupuestos

La extrema derecha española se ha mostrado contraria a seguir cediendo y aceptando el ‘trágala’ de sus compañeros. Después de que el veto parental se convirtiese en una realidad en Murcia, la propia Rocío Monasterio advirtió de que se trataría de desmontar poco a poco. “Será una realidad. Dependen de los votos de Vox en Murcia, Andalucía y Madrid. Lo que vamos a negociar en los presupuestos no va a ser sólo la libertad educativa, van a ser muchas más cosas, y hasta que no se cumplan esas cosas no habrá presupuestos", ha señalado recientemente.