Cada vez son más las evidencias del descuido que sufre la gestión de las emergencias desde que el PP de Carlos Mazón preside la Comunidad Valenciana. Un descuido que tuvo su reflejo mas fiel en la catástrofe de la DANA que arrasó la provincia de Valencia hace ya un mes, con 222 muertos y 75 municipios afectados. En la larga lista de decisiones que han mermado la respuesta ante las crisis se encuentra el recorte de 2,83 millones de euros a la partida de la que depende el servicio del 112 en los primeros presupuestos aprobados por el Consell de PP y Vox, algo que, según denuncian los propios trabajadores de la central de emergencias, se suma a meses de problemas que complicaron la actuación el 29 de octubre.

Los presupuestos para este 2024 otorgaron una dotación de 94,87 millones de euros para el programa de Emergencias, Protección Civil y Extinción de Incendios. Esto implica una reducción del 2,90% con respecto al ejercicio anterior del presupuesto de esta sección de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (AVSRE), que depende de la consellería de Justicia e Interior que dirigía Salomé Pradas, cesada por su negligente gestión el día de la DANA. Dentro de las líneas de actuación que rigen esta sección se encuentran la gestión, actualización y mantenimiento del servicio telefónico del 112.

"Una locura": la tarde del 29 de octubre en la central del 112 de la Comunidad Valenciana

La tarde del 29 de octubre fue una de las más complicadas en la central del teléfono de emergencias de la Comunidad Valenciana. Las desesperadas llamadas de auxilio de las personas que estaban a punto de perderlo todo se encontraron con un sistema colapsado, que reportaba problemas técnicos desde hacía meses que no se habían solventado. Uno de los trabajadores que estuvo al teléfono aquel día lo califica como "una locura" en conversaciones con Elplural.com: "Había llamadas en las que no escuchabas al llamante y tenías que volver a llamar tú", explica. Esta situación no es nueva, pues según cuenta "hay zonas en las que trabajamos en las que los equipos informáticos son precarios", algo que se complicó con el aluvión de llamadas del 29 de octubre.

Los equipos informáticos de los que depende la asistencia del 112 "se quedan colgados", y en muchas ocasiones los técnicos no escuchan a las personas que necesitan su ayuda. Esto es algo que se suma a unas condiciones laborales precarias, que los trabajadores de este servicio llevan meses denunciando. Ante todo esto la única respuesta del consell ha sido el recorte del presupuesto a un departamento que se ha demostrado clave en este tipo de situaciones. Esto también lo denuncian los trabajadores del 112, quienes reivindican llevar a cabo una labor fundamental y estar sometidos a estrés, algo que no tiene el debido reconocimiento: "Siempre nos pasan por alto". 

Estos recortes al presupuesto de la gestión de las emergencias se suman a la linea de actuación negacionista seguida por el PP de Mazón desde que llegó a la Presidencia, aupado por Vox. Empezando por la decisión de suprimir la Unidad Valenciana de Emergencias, calificada por él como un "chiringuito", seguido por sus recortes, tanto a la AVSRE como a la Sociedad Valenciana Gestión Integral Servicios de Emergencias. Todas estas decisiones "tienen consecuencias", como reivindica uno de los trabajadores del 112, algo perfectamente visible el día de la DANA. Buena muestra de ello es la reducción en las inversiones en "infraestructuras, encauzamientos, ramblas y barrancos" en casi un 50%, que afectó a puntos críticos el día de las inundaciones.