“Acuso directamente al señor Mañueco de haber estado fomentando el transfuguismo dirigiéndose a los parlamentarios de Ciudadanos y recibiendo algo por lo que han sido premiados; eso sí es transfuguismo y eso sí es corrupción”.

De esta tajante manera ha respondido el parlamentario Francisco Igea, antiguo líder de Ciudadanos en Castilla y León y exvicepresidente del Gobierno del popular Alfonso Fernández Mañueco, a la solicitud del PP a las Cortes para que se le aparte y se limite su actividad en virtud del Pacto Antitransfuguismo —solicitud presentada esta mañana por el portavoz de los populares, Raúl de la Hoz— al tiempo que ha anunciado una denuncia por la vía penal por posible prevaricación en caso de que la petición prospere.

El delegado del Corredor Atlántico

La encarnizada lucha a sablazo limpio viene cociéndose a fuego lento desde que Vox (por decisión soberana de la ciudadanía) extirpara a Ciudadanos del Gobierno de Mañueco, a principios de 2022, pero se ha recrudecido en los últimos días, a raíz de que el procurador Francisco Igea, ahora sin apellido ni color después de su expulsión de la formación naranja, solicitara a la Junta de Castilla y León explicaciones sobre la actividad de su otrora compañero de filas, Luis Fuentes.

Fuentes fue presidente de las Cortes en la legislatura en la que Igea y Mañueco iban de la mano en el Gobierno —el primero vicepresidente del segundo— antes de la sorpresiva y adelantada convocatoria de elecciones que puso en los sillones azules del hemiciclo a los procuradores del actual vicepresidente, Juan García-Gallardo, tras la debacle de Ciudadanos, que conservó un solo escaño, el de Igea, de los doce que ocupaba.

Con este panorama, Fuentes pasó de presidir la mesa del hemiciclo a quedarse sin asiento, vacío del que le rescató Mañueco para situarle en el puesto de delegado del Corredor Atlántico, dependiente de la Consejería de Movilidad, del que tomó posesión el pasado noviembre.

Igea no dudó, hace unos días, en pedir públicamente explicaciones sobre la gestión de su excompañero en el goloso cargo, retribuido con 65.000 euros al año, interesándose sobre su actividad, su agenda y el detalle del trabajo que realiza.

Causa-efecto

Igea da a entender hoy, tras conocerse la petición del Partido Popular a la Mesa de las Cortes para que se aplique al procurador del Grupo Mixto el Pacto Antitransfuguismo, que se trata de una suerte de relación causa-efecto: “PP y Vox harán lo posible por silenciarme”, dice, “pero pueden esperar sentados”, y apunta que esta reclamación que persigue su destierro es prácticamente coincidente en el tiempo con su incisivo requerimiento sobre Fuentes, a quien se pagan 65.000 euros al año “por acudir a una entrega de medallas y como público a una conferencia”, dice con su proverbial sorna.

“El señor De la Hoz me ha llamado corrupto”, afirma, “y corrupción es trabajar desde un partido para beneficiar a otro asegurándose una salida”. Igea añade los casos de otros antaño miembros de Ciudadanos que actualmente trabajan al servicio de la Junta en el organigrama del Partido Popular. “Cuatro personas”, subraya, “cobrando sueldo público por actividades desconocidas, que estaban en otro partido en la anterior legislatura”.

“Mañueco encontró a todos los tránsfugas”

A preguntas de los periodistas, Igea no ha dudado en acusar directamente al presidente de la Junta de haber fomentado el transfuguismo dirigiéndose a los parlamentarios de Ciudadanos. “Eso sí es transfuguismo y eso sí es corrupción”, dispara.

“Pagarle 65.000 euros a un señor por no hacer nada por lo bien que se portó cuando se necesitó no sabemos qué”, concluye. “Mientras Mañueco acusaba a Luis Tudanca (el secretario general del PSOE) de estar buscando tránsfugas, los encontraba él todos”.

El PSOE resucita el tamayazo

Al margen de considerar el asunto “una vendetta” entre el Partido Popular y su anterior socio de gobierno, “fiesta” a la que “ahora se suma Vox”, dice la viceportavoz socialista, Patricia Gómez, el PSOE viene a resucitar el ‘tamayazo’ en Madrid en 2003.

“Resulta un poco asombrosa la coherencia del Partido Popular, porque no lo recuerdo hablando de tránsfugas ni rasgarse las vestiduras cuando gobernaron la Comunidad de Madrid gracias a Tamayo y Sáez”, recuerda, “ni rasgarse las vestiduras con los diputados de UPN en una votación en el Congreso, ni con la colocación de diez diputados de Ciudadanos en puestos del PP”.

“Mire”, termina Gómez, “en 2021, cuando se iba a debatir la moción de censura del PSOE en Castilla y León, hubo una procuradora de Ciudadanos; María Montero, que se pasó al grupo de no adscritos, que renunció a pertenecer a un grupo parlamentario, y se la hizo el vacío, y ella es la única de los que están y estaban que puede llevar la cabeza alta; la historia nos retrata y nos pone a cada uno en su lugar”.