El hospital Enfermera Isabel Zendal llega nuevamente este jueves al Pleno de la Asamblea de Madrid. Esta vez con motivo de la enésima vida con la que la presidenta madrileña ha intentado justificar un proyecto que, en la práctica, ha dejado resultados muy escasos a pesar de sus más de 200 millones de euros de inversión.
El enclave situado en los aledaños de Valdebebas acoge ahora un centro diurno para atender a pacientes de ELA, una enfermedad que sufren alrededor de 600 personas en la región y que, en el momento de redacción de estas líneas y si se atiende a los datos que exporta la Comunidad de Madrid, ha prestado atención a 150 personas. Sin embargo, la oposición considera que “pueden ser menos” y lamenta la “utilización política” que hace la responsable de Sol de estas personas.
Nunca dejó de ser polémico
El PSOE de Madrid (PSOE-M) afea a la región que prohíban acceder a este centro, por lo que sospechan que algo tienen que esconder. Su portavoz de Sanidad, Carlos Moreno, explicaba hace unos días a ElPlural.com que lleva meses intentando acceder al hospital que en 2020 iba a “sorprender al mundo” -se lo ha pedido por activa y pasiva al Ejecutivo madrileño- pero sin éxito. “Nos dan largas o nos ridiculizan diciendo que queremos hacer una excursión”, expone.
La presente semana este periódico denunciaba la situación que mantiene el centro cinco años después de su inauguración y la política del PP respondía con los datos que maneja su equipo. Sin embargo, se trata de cifras “muy fáciles de desmontar línea por línea”, tal y como asegura el portavoz sanitario del partido que a nivel nacional lidera Pedro Sánchez y cardiólogo de profesión.
En lo que respecta a la última idea de la Autonomía con, lo que la oposición considera, no es sino otra bomba de humo para justificar el mantenimiento del centro, el objetivo que persigue -atender a pacientes enfermos de ELA- se podría haber desarrollado en otros cinco hospitales de Madrid. Pese a ello, Moreno lamenta que “se hace aquí para intentar dotar a la infraestructura de un uso sanitaria”.
El veto a visitas, el actual funcionamiento del Zendal o el derroche económico que ha supuesto durante un lustro -se levantó por valor de 300 millones de euros si se considera los sobrecostes- serán motivo de debate este jueves en la Asamblea de la Comunidad de Madrid después de las informaciones publicadas por ElPlural.com.
La persona encargada de sacar el tema a colación se centrará, además de todo ello, posiblemente en el coste de oportunidad del centro inaugurado en pandemia; un enclave cuyo gasto se podría haber invertido, por ejemplo, en contratar a profesionales que hacen falta en otros sitios, edificar otros centros de salud, o disminuir las listas de espera. En este sentido, cabe destacar que contratar un médico cuesta unos 60.000 euros al año o levantar un centro de salud; cinco millones. Eso por no hablar de los tiempos, y es que mientras hay centros de salud que llevan tiempo sobre la mesa y, a día de hoy, no son una realidad, el proyecto faraónico de la lideresa regional se levantó en un tiempo récord.
"No salvó vidas"
Se puede debatir su utilidad real durante la pandemia, si bien los expertos coinciden en que “no salvó vidas”. “La tarea de liberar un poco el resto de hospitales ya lo hacía IFEMA (…) Cuando una persona se ponía crítica era derivada a un hospital de verdad”, recuerda el portavoz de Sanidad del PSOE, cardiólogo de profesión.
El hospital siempre ha estado lejos de poder considerarse un hospital por varios motivos, siendo algunos de ellos la falta de quirófanos o de UVI. A ello hay que añadirle el cierre de pabellones e incluso la falta de luz. Esta última cuestión, que puede resultar baladí, no es menor, ya que los hospitales deben reunir una serie de condiciones que, en este caso, no se cumplen. Asimismo, el sitio ha hecho las veces de hospital de pandemia, centro de vacunación, almacén logístico para la ayuda a los refugiados ucranianos o unidad del SUMA 112.
En última instancia, cabe destacar que el Zendal no dispone de presupuesto propio y que sus cuentas fueron fiscalizadas, mientras que la Puerta del Sol mantuvo contratos por el procedimiento de urgencia con compañías afines al PP una vez superado el Covid.