Después de que Javier Fernández-Lasquetty, exconsejero en gobiernos de Esperanza Aguirre e Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, fichara por la empresa pública Las Rozas Innova como nuevo consejero y puesto por el que pasaba a cobrar 1.280 euros cada vez que acudiera a una reunión del consejo de administración, el Ayuntamiento de Las Rozas ha fichado a la hija del mismo por un sueldo bruto al año de 65.766,96 euros.

Inés Verdejo Fernández-Lasquetty por el puesto de director cobrará 65.766,96 euros. Su fichaje ha sido en el marco del personal eventual de confianza para dicho puesto al servicio del ayuntamiento. La resolución se dictó el pasado 2 de septiembre, con efecto del 8 de septiembre.

Fichaje de Lasquetty en Innova

El de Las Rozas Innova es ya el cuarto cargo profesional que Javier Fernández-Lasquetty suma desde que abandonó la política activa y entregó su acta de diputado regional el 31 de octubre de 2023. Considerado por muchos como el gurú liberal del PP madrileño, Lasquetty dejó la política tras haber sido consejero en los Gobiernos de Esperanza Aguirre e Isabel Díaz Ayuso. Su salto al sector privado incluyó el fichaje por la sicav Morinvest, y en enero de 2024 asumió la presidencia de Cofares Diversificación.

Pese a su aparente retirada de lo público, en enero de 2024 fue nombrado consejero de Las Rozas Innova, empresa municipal de innovación y desarrollo tecnológico creada en 2020 por el alcalde José de la Uz, del Partido Popular. “La incorporación de Javier Fernández-Lasquetty va a ser clave para seguir generando oportunidades para los vecinos a través de la innovación y la tecnología”, explicó De la Uz. A su vez, Fernández-Lasquetty aseguró que era “una gran satisfacción poder contribuir desde Las Rozas Innova a aumentar el impulso al emprendimiento que existe en las ‘startups’ de la Comunidad de Madrid”.

El pasado de Fernández-Lasquetty: recortes y polémica en Sanidad

No obstante, conviene recordar que Javier Fernández-Lasquetty fue el arquitecto de la política económica de Ayuso, marcada por la bajada de impuestos, y uno de los consejeros más cuestionados durante su etapa al frente de la Consejería de Sanidad de Madrid. En 2012 vinculó los ajustes en Sanidad a la caída de ingresos del sistema de financiación autonómica y presentó un plan de “externalización” de la gestión en seis hospitales públicos madrileños. Aseguraba entonces que el objetivo era mantener el empleo y la calidad asistencial con menos recursos, aunque desde sectores sanitarios y asociaciones ciudadanas se denunció que aquello abría la puerta a privatizaciones encubiertas.

Las críticas se recrudecieron cuando el propio consejero justificó la falta de actividad en los quirófanos de tarde alegando dificultades para encontrar anestesistas y radiólogos. Estas declaraciones provocaron la indignación de colectivos profesionales y de la Marea Blanca, que recordaron que los problemas derivaban de las jubilaciones forzosas, la reducción de peonadas y los recortes de personal ejecutados bajo su mandato. La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) acusó directamente a Lasquetty de provocar un “deterioro intencionado” de la sanidad pública madrileña para favorecer la derivación de pacientes al sector privado.

Los ajustes no se limitaron a la gestión hospitalaria. El Plan de Sostenibilidad de la Sanidad Pública madrileña afectó de lleno a todas las áreas: Atención Primaria, Gestión Administrativa, Planificación Sanitaria, Inspección y Formación. En 2013, la Consejería de Sanidad gastó 2.969 millones de euros en personal. Para 2014, el presupuesto del denominado capítulo 1 se redujo a 2.956 millones, es decir, 12,2 millones menos. La Consejería justificó estas medidas apelando a la necesidad de “racionalizar los recursos humanos” y adaptar las plantillas hospitalarias a la demanda asistencial. Subrayaba además que el gasto en personal representaba un 42% del gasto sanitario y el 17% del presupuesto total de la Comunidad de Madrid.

El desenlace llegó en enero de 2014, cuando los tribunales tumbaron el plan de privatización sanitaria. Aparentemente aliviado, aunque serio, Fernández-Lasquetty compareció junto al presidente madrileño Ignacio González para anunciar su dimisión. “Creo que es lo que mejor conviene a la sanidad madrileña. Dejo mi cargo por un motivo evidente: yo inicié este proyecto y asumo la responsabilidad de no haberlo conseguido”, declaró. Así se cerraba uno de los episodios más controvertidos de su carrera política, marcado por recortes presupuestarios, protestas ciudadanas y un intento fallido de privatización que acabó costándole el puesto.

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