La abogada Guadalupe (Lupe) Sánchez se ha vuelto más mediática en los últimos días al llevar la defensa de Juan Carlos I tras su denuncia contra el expresidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, por calumnias. Sin embargo, no ha saltado con especial relevancia a los medios (o no solo) por esto, sino porque es también una de las personas que ejerce la defensa del novio de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador.

La propia responsable de Sol presentó los dos libros que Sánchez ha publicado hasta el momento, ambos bajo el sello de la editorial Deusto, del Grupo Planeta. Se trata de Populismo punitivo (2020) y Crónica de la degradación democrática española, el más reciente (2023) y al que también acudió Esperanza Aguirre. Así lo confirma la abogada en su página web oficial.

En este portal, donde se presenta brevemente, se muestra como una “prestigiosa abogada española que, además de ejercer ante los tribunales de justicia, colabora regularmente en las tertulias del programa radiofónico Herrera en Cope y como articulista en el periódico digital The Objective”. Además de los mencionados por ella, colabora en Libertad Digital, El Cascabel (Trece TV) o El Toro TV.

Licenciada por la Universidad de Alicante (1995-2000) ha llevado otros casos mediáticos además de los dos mencionados, como el del cineasta Carlos Vermut, denunciado por varias mujeres por presuntos abusos sexuales. El director del séptimo arte emprendió acciones legales contra El País como medio que había publicado el reportaje, así como contra la directora entonces del periódico, Pepa Bueno, y a los firmantes del artículo.

Sánchez dirige el bufete Novalex a medio camino entre Madrid y la provincia de la Comunidad Valenciana y nunca ha escondido su postura liberal, ni en el ámbito estrictamente profesional, ni en público ni en redes sociales, distintos ámbitos en los que ha cargado contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o retuiteado a Vox.  

Así las cosas, la abogada no ha dudado en referirse en términos como “voladura institucional” a la gestión de Moncloa con la Ley de Amnistía o a partir del procès de 2017.

El episodio del ordenador

Entre los momentos más destacados que tienen que ver con la defensa de Sánchez a la pareja de Ayuso, se encuentra el robo de su ordenador portátil, algo que fechó en diciembre del año pasado y que si bien al principio “no dio importancia”, después sí estableció una posible relación con el caso llevado a cabo.

“Lo que pasa es que al comunicarlo, algunos compañeros con los que colaboro en la representación de un cliente muy concreto, que es Alberto González Amador, que para quien no lo sepa es la pareja de Isabel Díaz Ayuso, empezamos a poner información en común”, emplazó en una entrevista concedida a ViOne Media.

“Y resulta que a uno de ellos también le entraron en su vivienda (…) Llamativamente no se llevaron nada, pese a que tenía cosas que a los típicos raterillos les podía interesar”, señaló, para apostillar que, durante aquellos días también entraron en su casa.

La Guardia Civil detuvo a tres implicados en Algeciras, por lo que, en un principió se descartó la correlación de los acontecimientos.

Respuesta de Revilla a Juan Carlos I

Esta semana, el padre de Felipe VI ha encomendado a Sánchez su representación, quien ha pedido en los juzgados de Primera Instancia de Santander la celebración de un acto de conciliación para tratar de evitar el litigio. En concreto, lo que pide la defensa del emérito es que Revilla rectifique declaraciones que ha hecho en varios medios de comunicación en los últimos años y que a su juicio son “difamantes y oprobiosas” acudiendo a los sitios en los que las pronunció. El emérito pide 50.000 euros al cántabro que, asegura, destinará a Cáritas, por los hechos.

El pasado miércoles Revilla respondía en rueda de prensa a Juan Carlos I, aunque horas antes ya había reaccionado con sorpresa a la decisión del emérito. Ya desde la sede del Partido Regionalista de Cantabria (PRC) fue con todo contra la demanda, siendo estas algunas de sus frases más destacadas:

“Decir que el rey emérito es un delincuente fiscal es una realidad, no hay que ir más allá”, “Se puede ser muy crítico sin injuriar. Decir que hemos tenido un rey emérito que es un evasor fiscal, que es un delincuente fiscal, es una realidad, no hay que ir más allá”, “Se pinta de mala a Bárbara Rey y el malo es él, aquí no se salva nadie. Ella graba y eso está muy mal, pero aquí hay un culpable y es el rey, no Bárbara” o “Ha sido listo, porque siempre ha tenido el dinero fuera, nunca lo ha traído. Si lo hubiera traído, hubiera cantado mucho”.

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