El inicio de curso escolar en el Madrid de Isabel Díaz Ayuso ya se preveía con complicaciones, tal y como advirtieron al término del curso anterior tanto sindicatos como el propio profesorado. Ahora, desde Comisiones Obreras (CCOO) denuncian que son más de 50.000 alumnos los que arrancan las clases con sus centros inmersos en obras de infraestructuras, lo que dificulta que las aulas estén adecuadamente habilitadas para dar clase.
Así lo determina un estudio realizado por la Federación de Enseñanzas de CCOO Madrid, en el que se señala que son 73 los centros de la autonomía que aún tienen reformas sin terminar pese a que se han dado por finalizadas a comienzos de este mes de septiembre por el inicio del curso escolar.
“En todos los casos hay que señalar que este retraso incide en la preparación del inicio de curso y en las condiciones en las que han desarrollado los equipos directivos, docentes y personal educativo las actividades necesarias para el primer día de clase. En una mayoría de estos centros el alumnado se devolverá en espacios con obras”, ha denunciado al respecto la portavoz sindical, Isabel Galvín.
Desde CCOO, denuncian que esta situación, que agrava la situación que ya venía arrastrada desde julio en el ámbito docente madrileño, “generará una ralentización en el proceso educativo, provocando incomodidades tanto para el alumnado como para los docentes y personal educativo además de incrementar el riesgo porque la seguridad y el bienestar pueden estar condicionados”.
Madrid capital, la zona más afectada
El escenario es desigual. Según las incidencias recopiladas, es Madrid Capital donde se concentra el mayor número de incidencias de este calibre, con 32 centros con obras -es decir, el 43% del total- sin terminar que han abiertos sus puertas a los alumnos.
Para ejemplificar esta realidad, se presenta el caso del CPEE de Vallecas, en el cual las obras a realizar se encargaron para la segunda quincena de agosto en las que se tenían que realizar, entre otras tareas, pintar paredes o remodelar los baños del centro. De tal magnitud son las obras inacabadas que el comedor del centro “no puede atender al alumnado al menos hasta el 12 de septiembre” y, a su vez, las reformas “impiden el acceso a siete aulas”.
Sin embargo, otros puntos de la geografía de la Comunidad de Madrid no escapan a esta situación. Las Direcciones Territoriales de las zonas Norte (8), Sur (8), Este (19) y Oeste (7) también están enfrentando dificultades de similares características, pero desde CCOO advierten que “esta desigualdad en la ejecución de las obras ha generado una afectación más marcada en la capital”.
En voz de Galvín, esta demora de los trabajos en las infraestructuras se traduce en “claras consecuencias en la calidad educativa por la reducción, incluso la inexistencia de espacios necesarios para desarrollar la actividad educativa”, con efectos a su vez en la actividad docente, la logística del día a día y el bienestar del alumnado.
La Consejería de Educación, en el punto de mira
El curso escolar 2024/25 ya venía presentándose como un arranque complejo, debido a las movilizaciones a pie de calle del sector educativo antes de verano con motivo de los recortes y las medidas en esta materia adoptadas por el Gobierno madrileño de Isabel Díaz Ayuso. Ahora, se suman las obras que dificultan la docencia en estos centros.
Desde CCOO Madrid, ponen de manifiesto que estos retrasos en las reformas son sinónimo de “una falla en la planificación y ejecución de las obras”, además de que denuncian que no existe “decisión política para atender a los centros públicos como es necesario y no se invierte lo necesario ya que las cantidades se muestran como absolutamente insuficientes”.
La consecución de estos hechos agrava aún más el escenario educativo madrileño. Con el incremento del alumnado, de un 16% aproximadamente, el sindicato de enseñanza denuncia que el Ejecutivo de la Puerta del Sol “no dedica ni la mitad de lo que destinaba a inversiones en 2009”: “La Consejería no sólo no atiende las nuevas necesidades de escolarización en la red pública, sino que promueve el deterioro de las condiciones del alumnado que ya está escolarizado en los centros públicos, no atendiendo a sus necesidades de reforma”.