El Mad Cool es uno de los festivales más prestigiosos de Madrid, donde se celebra desde hace ya alrededor de diez años. Sin embargo, uno de los eventos que más expectación despierta entre los ciudadanos -de dentro y fuera de la ciudad- a nivel cultural en general y musical en particular, se ha convertido en una pesadilla para los vecinos.

Los ciudadanos de Villaverde o Getafe llevan tiempo lamentando las consecuencias de la organización de este festival a menos como está actualmente concebido. Molestias por el ruido, caos en la sistema de transporte o problemas de salubridad son algunas de las protestas que históricamente han vertido los ciudadanos hacia la organización y las administraciones en última instancia responsables: el alcalde de Madrid, capitaneado por José Luis Martínez-Almeida, y la Comunidad de Madrid, con Isabel Díaz Ayuso al frente.

Un festival antes

El asunto no es ni mucho menos nuevo, y es que distintas plataformas han elevado quejas por la manera y el lugar -el Iberdrola Music de Villaverde, que acogerá, además, otro festival antes- en el que está cimentado hace tiempo. Prueba de ello es un comunicado del espacio StopMadCoolVillaverde, que ya en 2023 emitió un comunicado señalando la problemática no solamente para quienes viven alrededor del evento, sino también que habían padecido aquellos que asisten a la cita musical.

La Directiva de la mencionada plataforma, así como las asociaciones de Villaverde y de Getafe que la integran interpusieron un proceso Contencioso Administrativo contra el Consistorio de Cibeles por una situación que consideraban “desastrosa” al no ser éste el primer evento multitudinario que se celebraba aquí sin las garantías pertinentes. En el momento de publicación de estas líneas, un juzgado de lo penal se encuentra investigando la celebración de Mad Cool por un posible delito medioambiental por superación de los límites de ruido.

En líneas generales, los damnificados denuncian la “deescordinación” entre promotores y Ayuntamiento “a la hora de preservar las condiciones de seguridad, salubridad y movilidad tanto de los vecinos como de los asistentes de eventos”. Y son reclamaciones que se mantienen a día de hoy y de las que los propios denunciantes se han querido hacer eco  un año más, cuando el Mad Cool está cada vez más cerca.

No dan la cara

En los últimos días tenía lugar una reunión para intentar buscar una solución a los problemas que pudieran derivar del festival y de que forma, sino es posible eliminarlos, al menos limitarlos.

A la reunión que, según lamentaba la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, ha tenido lugar siete meses después, estaban invitados el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, pero en representación de las administraciones no acudieron ni Almeida, ni Ayuso.

Tampoco estuvo presente el consejero de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, Jorge Rodrigo, sí así Laura Martínez, directora general de Turismo y Hostelería de la Consejería de Cultura; Borja Carabante, delegado del Área de Gobierno de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid. Además, acudieron representantes del Consorcio Regional de Transportes de Madrid y de la Dirección General de Carreteras de la Comunidad de Madrid, de la Policía Local de Getafe.

“Siete meses después, por fin el Ayuntamiento de Madrid (sin su alcalde) y la Comunidad de Madrid (sin su presidenta) se han querido sentar para hablar sobre Mad Cool y el recino Iberdrola Music, de momento no aportan nuevas medidas para evitar las molestias en Getafe”, expresó la responsable municipal en su red social X, antiguo Twitter.

Preguntadas por esta cuestión, fuentes municipales expresan a ElPlural.com que, por el momento, no hay “compromisos claros para acabar con las molestias a los vecinos, ni por los ruidos, ni por la movilidad”. “Estamos preocupados porque ya se habla de un uso permanente del espacio y ni Ayuntamiento ni Comunidad ofrecen soluciones o respuestas a nuestras propuestas”, entonan con pesar.

“Hablamos de un paso subterráneo entre Getafe Norte y Villaverde, con una nueva estación de Metro en Marconi, del apuntalamiento de la M45 y de un nuevo acceso al barrio de Los Molinos”, añaden concluyendo que la reunión de estos días “llegó tarde”: “De momento nos hemos quedado como estamos”.

El delegado del Gobierno de España en la Comunidad de Madrid, Francisco Martín, ha reclamado coincidiendo el tiempo la necesaria implicación de las administraciones públicas para solucionar la problemática. En detalle, Martín ha planteado un nuevo Plan de Movilidad y que se reduzca el “desproporcionado” despliegue que el año pasado se realizó por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para minimizar los daños.

Sobre la decisión de mantener el espacio para acoger eventos, el delegado indicó que obedece a una decisión que le corresponde, en primer lugar al Ayuntamiento y la autonomía desde el punto de vista del turismo, “y por supuesto a los promotores que están de acuerdo con esta decisión”. En cualquier caso, subraya que la coordinación “es vital para garantizar que toda la actividad que se desarrolle en ese espacio sea en condiciones de seguridad como las que los asistentes se merecen”.

Versión del Mad Cool

Esta es la versión que ofrece el festival a tenor de la publicación de este periódico.

Desde Mad Cool Festival siempre hemos creído que un evento de esta magnitud debe convivir en equilibrio con su entorno. Por eso, escuchamos con atención todas las voces, incluidas las de los vecinos, y trabajamos edición tras edición para mejorar en todos los aspectos que puedan generar impacto en la zona.

La pasada edición fue un buen ejemplo de ello: gracias a la implementación de múltiples medidas de mejora, el desarrollo del festival se produjo de manera fluida y satisfactoria, tanto para los asistentes como para el entorno. Algunas de esas medidas incluyeron la reducción del aforo, la reorganización del espacio, la disminución de escenarios para evitar solapamientos y contaminación acústica, así como mejoras en accesibilidad, el aumento de puntos de agua potable, zonas de descanso y de servicios generales.

Prueba de este compromiso son las constantes reuniones que la organización mantiene con el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad de Madrid, la Delegación del Gobierno y el Ayuntamiento de Getafe. Con todas estas instituciones se trabaja de manera conjunta y coordinada para diseñar e implementar acciones que minimicen al máximo las posibles molestias, así como para activar iniciativas que generen impactos positivos en la ciudad y su entorno. 

Con este objetivo, esta misma semana se ha mantenido una reunión en Delegación del Gobierno en la que se han abordado, junto a los principales actores implicados, los distintos aspectos del proyecto y las mejoras previstas para esta edición, en un ejercicio de transparencia y colaboración institucional, liderado por la organización del festival.

Estas decisiones no se toman de forma aislada: mantenemos una colaboración activa con las administraciones públicas y los equipos técnicos implicados, trabajando desde la planificación hasta la ejecución del evento, siempre con el objetivo de minimizar posibles molestias y potenciar los beneficios culturales, sociales y económicos del festival para la ciudad.

Nuestro compromiso es claro: seguir construyendo un evento cada vez más sostenible, inclusivo y respetuoso, en constante evolución y diálogo con su entorno. Porque entendemos que un festival como este no solo debe emocionar al público, sino también contribuir positivamente a la comunidad que lo acoge.

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