La Fórmula 1 de Madrid, el proyecto faraónico de la nueva legislatura de Isabel Díaz Ayuso y que cuenta con el beneplácito del alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, empieza a derrapar meses después de su anuncio. A estas alturas, es imposible saber en qué condiciones verá la bandera a cuadros, pero las dudas a su alrededor no hacen más que crecer.

Pocas personas mejores para valorar la llegada de un nuevo circuito de los coches de máximo nivel a nuestro país como el expresident de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps. Bajo su mandato, Valencia acogió el GP de Europa -el GP de España ya se celebraba en Barcelona-. Desde allí, la Ciudad del Turia fue testigo de la que para muchos expertos y espectadores fue la mejor carrera de Fernando Alonso (en 2012). En lo extradeportivo, sin embargo, todavía acarrea polémica.

El que fuera máximo responsable de la autonomía sigue defendiendo a día de hoy que el circuito se saldó “a coste cero” para los valencianos y que “lo que se cuenta” no es cierto. “Yo no puedo hacer más”, sentencia en declaraciones concedidas a ElPlural.com.

 

No fue a coste cero

En su defensa, explica que para aquel proyecto “se hizo cargo una empresa privada que constituían Fernando Roig y Bancaja”. “Se ha contado todo de forma tergiversada, por eso al final se ha archivado todo”, emite.

Se trata de la compañía Valmor Sports, de la que, además de los nombres señalados, participó también el expiloto Jorge Martínez Aspar; que en un principio se iba a hacer cargo de todos los costes. No obstante, la Generalitat tuvo que rescatar la firma -de reciente creación- tras acumular más de 30 millones de euros de deuda.

Es cierto también que las causas respecto de este asunto se han archivado. Sin embargo, hay informaciones que contradicen las ideas en las que insiste quien por aquel entonces capitaneaba la Comunidad Valenciana.

En 2022, cuando se cumplía una década del último año del circuito urbano, salió a la luz que éste iba a costar finalmente 66 millones de euros a las arcas públicas. A esta cantidad hay que sumarle el resto de conceptos, que se abonaron en su día como canon anual de la prueba (111 millones en cinco años), los derechos televisivos pagados por Canal 9 (26 millones) o la deuda de la empresa Valmor asumida por el Gobierno valenciano (44 millones).

Paralelismos entre los responsables de Madrid y Valencia

Basta con echar un vistazo a la hemeroteca y comparar las palabras de entonces de Camps y la exalcaldesa de la capital valenciana, Rita Barberá, para encontrar semejanzas entre las declaraciones que llegaban aquellos años desde la costa mediterránea y las que han pronunciado en los últimos días y meses Ayuso y Almeida.

Preguntado por esta cuestión, el expresident cuenta que “no está siguiendo los avances” en la capital. “Prefiero no valorar lo que no conozco”, ha emitido. En cualquier caso, asegura estar “encantado” y que el circuito urbano será “una suerte para los madrileños”.

¿Qué consejos les daría?, le pregunta este periódico, a lo que el entrevistado responde: “No tengo ninguno más allá que trasladarles todo mi apoyo, porque es un proyecto extraordinario que en el caso de la Comunidad Valenciana, según el Instituto Valenciano de Investigaciones Estadísticas, el retorno superaba los 400 millones de euros en rentas regionales”. “Lo van a hacer fenomenal”, vaticina.

Los vestigios del circuito de la Generalitat

El lugar por el que un día corrieron, además de ‘El Nano’, los Vettel, Hamilton y compañía ha recorrido diferentes suertes. De los aproximadamente 300.000 metros cuadrados, en una parte se ha habilitado una avenida abierta al tráfico o en otra una zona de aparcamiento.

Con todo, el tramo situado en el Grao se mantiene vallado y en estado de abandono. Actualmente, el terreno se encuentra en proceso de convertirse en el principal desarrollo urbanístico de Valencia después de que en marzo de 2023 se aprobara el Plan de Actuación Integrada del Grao, que contemplaba la creación de 3.000 viviendas y 193.000 metros cuadrados de zonas verdes.

En mayo de este año, el pleno del Consistorio reactivaba el proyecto -en stand by con las elecciones locales-, pasando este a un modelo de gestión indirecta a cargo de las compañías Atitlan y Hayfin.

Encontronazo entre Sol y Cibeles

Ningún socio inversor está todavía dispuesto a asumir “el riesgo” de gestionar el GP de Madrid. Con este anuncio hacía saltar las alarmas esta semana Engracia Hidalgo, vicepresidenta IFEMA y titular de Hacienda en el Ayuntamiento.

Poco tardó la Comunidad de Madrid en salir al paso e intentar apagar el fuego. Lo hizo el pasado miércoles mediante la intervención del portavoz del ejecutivo de Ayuso, Miguel Ángel García Martín quien, sin llegar a negar lo transmitido por la concejala, quiso matizar que el enclave en el que se ubicará el asfalto “está trabajando con el calendario que se había marcado”.

Habrá inversores y empresas que trabajen en el diseño y la construcción del circuito, y en la financiación del Gran Premio de F1, y asumiendo el compromiso que habíamos alcanzado de que las administraciones públicas no aportaríamos fondos a IFEMA para la organización de este evento (…) En estas circunstancias estamos trabajando. No hay novedad alguna ni cambio alguno en esa cuestión”, refrendó.

Sin embargo, y pese a ser un tema en el que insistió mucho la administración de Sol, García Marín complementó: “También digo que estamos viendo que en la celebración de la Copa América se han inyectado 40 millones de euros, y no ha pasado absolutamente nada, y nos parece bien; o el GP de Cataluña, que recibe inversión pública”. Aun con ello, insistió en que el modelo de Madrid “es otro”: “Que este GP sea promovido y patrocinado por IFEMA”.

¿Cuánto puede costar el proyecto de IFEMA?

La institución participada mayoritariamente por Comunidad y Ayuntamiento se negaba el pasado mes de febrero a mostrar públicamente el informe que encargó a la consultora Deloitte para calcular el impacto que supondría la celebración del evento, que tendrá lugar en 2026.

“Secreto comercial” fue el nombre técnico que le dieron al documento que prometía la creación de más de 8.000 empleos directos o unos ingresos anuales superioes a los 450 millones de euros para las arcas.

En una petición de transparencia a la que tuvo acceso elDiario.es, el consorcio se amparaba en que dar esa información “podría llegar a ocasionar un perjuicio para los intereses económicos y comerciales de IFEMA”. Asimismo, alegaban sus “obligaciones de confidencialidad” derivados de los “compromisos adquiridos” con la entidad que tiene los derechos del automovilismo, Formula One World Championship (FOWC).

Por el momento, y esto no son más que estimaciones, atendiendo a la experiencia valenciana y de otros circuitos urbanos, que los coches compitan por las calles de Valdebebas costaría como mínimo 50 millones de euros. De ahí en adelante, ya que dicha cifra cubriría únicamente el acondicionamiento del área. Dicho de otro modo, a esa cantidad habría que sumarle un coste operativo anual, que en los últimos circuitos de características similares asciende a 60 millones.