"Hoy reivindicamos el espíritu genuino que inspiró el nacimiento del movimiento comunero. Unámonos todos contra esas élites que extraen rentas al pueblo para pagar su fiesta autonomista y globalista. En Castilla y León empieza de nuevo la lucha”.

Con este sorprendente tuit ha irrumpido en el Día de Castilla y León, aunque lejos de la celebración de Villalar de los Comuneros, el líder de Vox, Juan García Gallardo, desde hace unos días vicepresidente de la Comunidad Autónoma, coincidiendo con el primer año en el que ni el presidente de las Cortes, Carlos Pollán, uno de los suyos, ni él mismo, como segunda autoridad de la institución que organiza la conmemoración, la Junta de Castilla y León, no asisten a la fiesta, que aúna reivindicación autonómica, histórica, popular y política, en este municipio vallisoletano.

Llama la atención que Juan García-Gallardo, cuya formación, recién aterrizada en el Gobierno, lejos de mantener el mínimo respetuoso silencio ante la fiesta autonómica, que denosta, como denosta la propia existencia de la autonomía, lance un texto, en la red social, en el que acusa a las “élites” -desde su puesto de vicepresidente-, de “extraer rentas al pueblo para pagar su fiesta”, en la que se dan cita miles de castellanos y leoneses desde hace 45 años, en recuerdo del levantamiento de Padilla, Bravo y Maldonado, y su decapitación, tras la batalla de Villalar, en defensa de la libertad.

Día de Castilla y León

Mientras esto sucedía en redes, PP y Psoe se recriminaban mutuamente, -estos sí, en el escenario de la fiesta-, haber roto “el consenso” en esta onomástica. Por un lado, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, lamentó que haya formaciones “como el Partido Socialista que hayan roto el tradicional consenso sobre la fiesta de Villalar, vigente desde hace más de una década, y que haya impulsado un bando que más parece querer rectificar una derrota que tuvo la izquierda en las urnas, que   dar   respuesta   a   las   reivindicaciones   legítimas   que  tienen el pueblo de Castilla y León y el pueblo de España”.

Por su parte, el secretario general socialista, Luis Tudanca, reivindicó los valores de la revolución de los comuneros “por los derechos, las libertades y la lucha contra el poder absoluto” que, “siguen tan vigentes como entonces” y acusó a Mañueco de haber abandonado Castilla y León para abrazar a la extrema derecha y acabar con muchos de los derechos adquiridos “solo para mantenerse en el poder.”

Tudanca mostró asimismo su preocupación por la deriva de desestabilización de las instituciones  y el fin de los consensos “a la que nos está llevando Mañueco”, añadiendo que “es muy difícil de entender que se ponga  de vicepresidente a alguien que quiere acabar con las autonomías  y de presidente de las Cortes a alguien que tampoco cree en el estado autonómico y cree representarse a sí mismo o a su partido de extrema derecha”, cuando “una de las máximas garantías de la democracia es la convicción de que las ocupen quienes las ocupen, las instituciones  representan a todos y a todas.”