Cuando se le pregunta qué cargo tiene en Vox, Juan García-Gallardo contesta que “líder”, y predica estar “muy satisfecho” con los resultados electorales de su partido en toda España, que en Castilla y León han supuesto un crecimiento del número de concejales, de los 64 del pasado mandato a más de 300 en las elecciones del domingo, 28 de mayo.

A renglón seguido, y sin dudar ni un ápice, asegura que el “modelo de gobierno” de Castilla y León “ha servido de inspiración y ejemplo en España” a la hora de votar en las elecciones municipales y autonómicas, durante las que, afirma, “la labor de este Gobierno ha sido ratificada por el resto de los españoles”.

“Ni regalos ni chantajes” dice, eso sí, el vicepresidente del Gobierno de Alfonso Fernández Mañueco, que su partido está dispuesto a aceptar por parte del Partido Popular, pero sí confiesa que su formación está esperando llamadas de los dirigentes locales del PP con los que, a tenor de sus resultados del pasado domingo, podrían formar gobierno; e incluso, deja entrever que ya las ha habido.

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¿Apoyo sí o sí?

Cuando se le cuestiona sobre si su partido formará gobiernos “sí o sí” en la Comunidad Autónoma con los candidatos del PP, como en Valladolid o Burgos, capitales en las que Vox tiene la llave para decantar la Alcaldía del lado del PP contra las listas del PSOE de Oscar Puente y Daniel de la Rosa, las más votadas, Gallardo afirma que su partido no está dispuesto a “sí o sí”, aunque tiende la mano al PP.

“Tendremos que ver si están dispuestos a construir una alternativa para gobernar juntos”, desliza, pero sin aclarar en qué sentido, ni con qué condiciones.

“Estamos esperando llamada de los dirigentes locales”, responde, y confirma, si hay acuerdo, su intención de formar parte de los gobiernos en los que son llave: “En todos los mítines hemos dicho que quien quisiera que gobernara sólo el PP, que hubiera votado al PP”.

A las órdenes de Abascal

A pesar de ser “líder”, sin embargo, Gallardo reconoce que la negociación será a nivel global, en todo el país, así que sus pactos dependerán de lo que diga el líder en Madrid, Santiago Abascal.

“Vox, como saben, es un partido nacional”, dice, “y por tanto, será centralizado, con unas directrices claras, desde el partido, a nivel nacional”, porque, en su opinión, “construir la alternativa debe tener unos criterios comunes, coherentes en toda España, y yo creo que hay tiempo de sobra si la voluntad es clara”.

“Nuestro deseo”, afirma, “es construir una alternativa para echar no sólo a la izquierda de los ayuntamientos, sino también a sus políticas; creo que es momento de pensar en las preocupaciones de los vecinos, en su libertad, su seguridad y su prosperidad, y eso pasará por entendernos entre varias formaciones políticas”.

La decisión última, sin embargo, concluye Gallardo, sobre si Oscar Puente o Daniel de la Rosa pueden terminar revalidando sus cargos en las alcaldías de Valladolid o Burgos, “depende del Partido Popular”.