La llegada de las épocas de asueto en el ámbito político por períodos vacacionales son aprovechadas en muchas ocasiones por el Partido Popular de Galicia y el Gobierno de la Xunta para tomar decisiones en forma de cambios drásticos. El motivo es levantar la menor polvareda posible, porque cualquier movimiento de cromos en Consellerías, sobre todo en los niveles altos, esconde descontento con la gestión.
Una vez más, Alfonso Rueda ha aprovechado estas semanas de Navidad para adoptar una decisión que, por el número de afectados, no parece poca cosa.
Así lo considera el Bloque Nacionalista Galego, formación para la que la caída de tres altos cargos de la Consellería de Medio Rural está muy relacionada con lo ocurrido este verano con los incendios, hasta el punto de que para esta formación es el “reconocimiento del PP del fracaso de la gestión de los incendios”.
El portavoz de Medio Rural del BNG, Secundino Fernández, no ha dudado en asegurar que esos ceses por parte de Rueda “significan el reconocimiento de la errónea y negativa política que tiene la Xunta de Galicia del Partido Popular en relación con la ordenación del territorio, con la producción agroforestal y con la defensa de nuestro medio rural frente a los incendios forestales”.
Un cambio totalmente "insuficiente"
A pesar de esto, el dirigente nacionalista también ha dejado claro que es “insuficiente” el “cambio de caras de segundo nivel” a la hora de modificar el rumbo de las políticas enfocadas al rural.
A su juicio, con esta medida el ejecutivo gallego evita “de momento a la máxima responsable de la Consellería”, es decir, la titular de la cartera, María José Gómez, a quien ha llegado a acusar de “adoptar políticas que llevaron al desastre en la gestión de los incendios del pasado verano”.
Secundino Fernández ha indicado que las salidas en la Consellería de Medio Rural suponen “las primeras víctimas políticas de la desastrosa gestión” de los mayores incendios de la historia de Galicia, incendios que, recuerda, provocaron una auténtica catástrofe económica, social y ambiental.
Cabe recordar que durante los pasados meses estivales se rompieron algunos hitos históricos negativos, debido a la magnitud total de los fuegos que se cebaron con Galicia. En total, cerca de 145.000 hectáreas ardieron en la región durante la terrible ola de incencios del verano, conviertiéndose en el territorio más castigado de todo el país.
Como en años anteriores en los que se registraron episodios de este tipo, la Xunta no asumió responsabilidad alguna en la gestión, sino que se limitó a apuntar a factores externos, recurriendo incluso de nuevo al llamado 'terrorismo incendiario'.
A raíz de las salidas en la cúpula de Medio Rural, desde el Bloque Nacionalista Galego se ha vuelto a insistir en que es necesario que este “desastre” signifique “un punto de inflexión”. “Es hora de un cambio profundo en las políticas hacia el rural” y no llega “con cambiar ciertas caras de segundo nivel. Para que haya un cambio de rumbo, también tienen que cambiar los responsables, comenzando por la conselleira”, ha concluido Fernández.