La expresión “extraños compañeros de cama” la acuñó en el diario de sesiones del hemiciclo de las Cortes de Castilla y León este martes el propio presidente del Gobierno autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, y al día siguiente se ha desplegado en toda su extensión: Mañueco ha perdido por primera vez una votación, empujada por la abstención de Vox a una proposición socialista, y después el propio Mañueco ha votado con el PSOE contra la Ley de Concordia que pactó con los ultras hace sólo unos meses.

Son las consecuencias de la ruptura del pacto PP-Vox en el Gobierno de Castilla y León que dinamitó la acogida de menores inmigrantes y se manifiesta ahora en el hemiciclo en otros muchos asuntos que formaban parte del decálogo que le dio el gobierno a Mañueco y de las que el PP reniega. Los grupos, como bailarinas, se mueven en este gobierno en minoría de los populares al son de la música en cada pleno mientras los antiguos socios de gobierno se acusan mutuamente de hacer “pinza” con el PSOE de Sánchez.

Vox, en la revancha

El exvicepresidente Juan García-Gallardo, incisivo, visiblemente molesto ya durante la sesión de control de ayer y aquejado del mal de la oposición le había preguntado este lunes a Mañueco sobre la Ley de Concordia. Gallardo se preguntaba qué había cambiado desde la primavera, cuando el presidente prestó su firma a una norma que equiparaba la Guerra Civil española y la Segunda República, al estilo de las normas aprobadas en Aragón y la Comunidad Valenciana. Mañueco no respondió.

La venganza se sirvió en este caso en plato templado, porque no habían transcurrido ni veinticuatro horas cuando Gallardo impuso su línea roja en la votación de una propuesta socialista sobre casas de apuestas que contravenía la aprobada sólo unos meses antes por los entonces socios de gobierno. Los argumentos de Vox para justificar que cuando dijo digo dice Diego no tienen otra explicación que la revancha, pero la propuesta socialista acabó aprobada con la oposición a favor, Vox absteniéndose y PP en contra.

El PP, entre dos aguas

Abatido por primera vez ante esta votación perdida que sacó adelante la propuesta del PSOE, Mañueco contraatacó con su posicionamiento pro-socialista a la hora de votar sobre la Ley de Concordia, que se proponía tomar en consideración.

La “maniobra” la describió Gallardo con todo lujo de detalles, avisando de una oposición implacable al exsocio. No se dejó pelos en la lengua el portavoz de Vox en el grupo parlamentario.

“El parecido con el PSOE de Pedro Sánchez es cada vez más lamentable”, arrancó Gallardo, “la verdad es que el cambio de postura del Partido Popular en esta materia es incomprensible, aunque faltaría a la verdad si dijera que nos ha pillado por sorpresa: el PP es así, estos son sus principios, y si no les convienen, aquí tienen otros”.

Gallardo amenaza con una oposición “contundente”

El portavoz de Vox desliza que “aquí no gobierna el señor Tudanca (PSOE), aunque a veces lo parezca. Aquí gobiernan ustedes en solitario, y además, en minoría”, subraya. “Nosotros hemos pasado a la oposición por sus incumplimientos reiterados del pacto de Gobierno, no sólo en política migratoria, esa sólo fue la gota que colmó el vaso”.

“Que no les quepa ninguna duda de que les vamos a hacer oposición, y no una oposición superficial, sino contundente; vamos a exponer sus vergüenzas y les vamos a poner ante el espejo y exprimir la infinidad de contradicciones que tienen ustedes”.

Gallardo va más allá: “Si su plan es hacer seguidismo en las políticas del PSOE, nuestra oposición va a ser más firme y contundente”.

“Demonizar al franquismo: una auténtica locura”

 En referencia a la Ley de Memoria Democrática, que ha criticado duramente, Gallardo ha insistido en justificar la dictadura. “Había interés en despertar viejos rencores, demonizar el franquismo y todo lo que lo rodeó”, ha dicho, “y hemos acabado castigando cualquier opinión favorable del régimen anterior a 1978 bajo la etiqueta de ‘apología del franquismo’, una auténtica locura”.

La respuesta del portavoz del PP, ha estado a la altura: “Señor Gallardo, la prudencia es una virtud que o se tiene o no se tiene; no hay fármaco ni ungüento que la palíe o cure cuando se carece de prudencia. Lamento profundamente que su mal no tenga remedio”.