Los empeños de quien fuera presidente de la Comunidad Valenciana Francisco Camps por mantener proximidad con su actual homólogo en el cargo, Carlos Mazón, no parecen querer concordar con su intención cada vez más férrea de presentarse a liderar la autonomía en las próximas elecciones. Algo que comunicó de forma oficial el pasado nueve de julio en un acto en el que estuvo acompañado por su militancia durante su etapa al frente de la Generalitat y en el que defendió su interés por conseguir la mayoría absoluta de la Comunidad Valenciana.
Tras ello, las campanas volvían a repicar este miércoles en un acto en Alicante. Unas campanas que además sonaban con más fuerza al ir acompañadas de la presentación del que sería su equipo en la misión de liderar el Partido Popular valenciano (PPCV). “Quiero ganar y quiero que todos ganemos”, era la misiva que Camps volvió a lanzar como ha venido haciendo este tiempo atrás. En el epicentro de su objetivo, las ansias por “dinamizar” el PP y “reanimar” a la militancia para “volver a ganar por mayoría absoluta” eran las protagonistas en un discurso que estuvo plagado de ostentosos compromisos con su equipo y una promesa en mayúsculas al líder del PP nacional, Alberto Núñez Feijóo: si consigue la mayoría absoluta en la Comunidad Valenciana, será una mayoría también reflejada en el Gobierno central con Feijóo en la presidencia del Ejecutivo.
Al hilo de esto último, Camps ha querido defender el papel de la militancia como pilar clave a la hora de llegar a esa ansiada mayoría absoluta. Así, ha defendido que "las mayorías absolutas que obtuvo el PP en el pasado se fundamentaron sobre elementos clave", como "el discurso, la gestión, los candidatos y fundamentalmente, la militancia”. "Yo garantizo una mayoría absoluta del PP dentro de dos años en las elecciones autonómicas y muchas mayorías absolutas en la inmensa mayoría de ayuntamientos de la Comunitat Valenciana", ha lanzado en su nuevo aviso a navegantes.
Y precisamente en esto último no ha querido dejar al actual presidente de los populares fuera. Sin embargo, lo hace a pesar de que desde Génova ya han dado portazo a su proyecto. Tras conocerse su anuncio oficial, el actual secretario general del PP, Miguel Tellado, recordaba que “no hay convocado un congreso del partido ni la previsión de hacerlo en los próximos meses” y tachaba de “un error” la decisión de Camps, así como de un debate “extemporáneo”. Unas palabras que no han servido para sembrar ni pizca de claridad en la ofuscación del expresidente valenciano por retomar el liderazgo autonómico. Por ello, el nuevo aviso de Camps sostiene que si la autonomía obtuviera “la mayoría absoluta que corresponde" no habría "duda" en que el líder popular a nivel estatal "sería presidente del Gobierno por mayoría absoluta". "Cuando en la Comunitat Valenciana el PP ha ganado por mayoría absoluta, el PP de España ha ganado por mayoría absoluta", ha insistido.
Unos oídos sordos que se han plasmado también al sostener que está “convencido” de que sus compañeros de partido a nivel nacional y regional “están encantados” de que estén “movilizando el partido”. “No nos cabe otra cosa en la cabeza”, ha defendido. Asimismo, ha vuelto hacer gala de su “lealtad absoluta” con todas las direcciones nacional, regional y provinciales del PP, asegurando que su proyecto “también conllevará la defensa de las políticas del partido desarrolladas por mis compañeros en el gobierno de la Generalitat, en los poderes locales, diputaciones y ayuntamientos”. “Somos un activo también para ellos. En nosotros van a tener a un fiel aliado".
Unas palabras que ha venido reiterando en cada repiqueteo de campana, como cuando oficializó el proyecto de liderazgo de la autonomía. "¿No he demostrado lealtad al PP siendo militante desde 1982? ¿No lo he demostrado trabajando duramente y gobernando, consiguiendo tres mayorías absolutas? ¿No lo he demostrado sufriendo una campaña brutal de desprestigio y no diciendo nunca nada malo ni de la justicia, ni de la política, ni del partido, ni de España?”, sostenía el pasado nueve de julio.
No obstante, pese a estas intenciones, cabe recordar que el mandato autonómico de Camps estuvo manchado por casos de corrupción. El caso Noos, por el que tanto él como Rita Barberá fueron investigados por la justicia por los contratos firmados con Iñaki Urdangarín; el caso de la Fórmula 1, por el que estuvo imputado ante irregularidades en la contratación del circuito deportivo; el caso Gürtel, por el que fue llamado a declarar en calidad de testigo; o el caso Trajes, por el que fue investigado por indicios de cohecho. Con este telón de fondo, aunque Camps no fue condenado, sí que lo fueron varios miembros de su Ejecutivo y partido de entonces.