Carles Puigdemont sigue instalado en su discurso: en España no hay democracia y por eso él tiene que vivir en el exilio de Europa. Pero la solución, según su argumento, es que para "restaurar la democracia", él debe ser investido presidente de la Generalitat. Para que esto suceda, debe poder volver con garantías de que no será detenido.

El líder de Junts per Catalunya ha agotado su segundo día de estancia en Copenhague con una reunión en el parlamento danès. Diputados de la oposición han acudido a escucharlo, no así los representantes de las formaciones que forman parte del ejecutivo. En setiembre de 2017, cuando Puigdemont estuvo en Copenhague para inaugurar la delegación de la Generalitat en los países nórdicos, sí que fue recibido por representantes de todos los partidos.

Tras el encuentro, Puigdemont, se vuelve a Bruselas con Jami Matamala (su amigo que lo ha acompañado) donde mañana miércoles se reunirá con el presidente del Parlament, Roger Torrent. En su breve contacto con los medios de comunicación, ha asegurado que desea volver a Barcelona, siempre y cuando se le gantice que no será detenido, para debatir con la oposición en el debate de investidura. Así, Puigdemont ha asegurado que está trabajando para este retorno y ha dicho que ello sería una muestra de una "restauración de la democracia" en España. "Yo soy una parte para resolver el problema desde el diálogo y la negociación".

El discurso de Puigdemont ha variado respecto al de ayer mismo. Desde su propio partido, el PDCat, se desconoce la estrategia que sigue. Parece más fruto de la improvisación que de una línea marcada. Hace unos días quería ser investido telemáticamente y hoy, desde Copenhague, ha insistido en qué desea debatir en persona desde la tribuna de la cámara. No obstante, dada su situación judicial, será difícil su vuelta. Incluso se ha permitido recomendar al ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, que no hace falta que refuerce las fronteras. Únicamente piensa regresar si tiene plenas garantías de que no será detenido. 

El presidente del Parlament, por su parte, comunicará el jueves el día de la sesión de investidura, probablemente para el martes 30 de enero, sólo un día antes de la fecha límite. Antes, siguiendo el protocolo, se reunirá con los responsables de los grupos parlamentarios.

En estos momentos, el único candidato es Puigdemont. La oposición ya ha asegurado que no permitirá un debate sin que el candidato esté presente físicamente en la cámara. Así, el líder del PSC, Miquel Iceta, le recuerda en una carta a Torrent que el informe de los servicios jurídicos del Parlament ya plantea que el candidato a presidente de la Generalitat debe estar físicamente en el Parlament.

A primera hora de hoy, justo cuando la Mesa del Parlament se reunía, JxCat ha pedido retirar la petición de Puigdemont de poder votar por delegación. Este mecanismo se puede reactivar en cualquier momento. De momento, se mantiene la petición para los otros cuatro diputados que están en Bélgica: Toni Comín, Meritxell Serret, Clara Ponsatí i Lluís Puig. No obstante, fuentes de los partidos independentistas explican que Serret, Ponsatí i Puig podrían renunciar a su acta en los próximos días. No obstante, la Mesa, con mayoría independentista, ha preferido no tramitar hoy la petición de voto delegado. Si Torrent sigue las indicaciones d elos letrados de la Cámara, debería denegar esta petición y sólo permitir la delegación de voto para los tres diputados encarcelados, siguiendo las recomendaciones del juez Pablo Llarena, tal y como pasó en la sesión de constitución del Parlament el pasado miércoles 15 de enero. Nadie ha recurrido esa decisión.