La secesión de Cataluña pondría abocar a España a un segundo rescate de la Unión Europea y dejaría a las entidades financieras catalanas sin el acceso a la liquidez y, por ende, con escasa capacidad de préstamo, y sin la protección que proporciona el Banco Central Europeo (BCE), según un informe de la consultora estadounidense IHS que manejan bancos y fondos de inversión de la City londinense. El informe se añade a advertencias de otros bancos de inversión y agencias de rating ante un escenario, que ven “improbable”, pero ante el que hay que estar alerta, según adelanta El Mundo.

Sin la liquidez del BCE
Entre las más perjudicadas, las entidades financieras catalanas, que, como ocurriría con la región a nivel político, saldría de manera inmediata del sistema financiero europeo, y dejarían de tener acceso a la liquidez que proporciona el Banco Central Europeo (BCE) y a los nuevos mecanismos europeos de resolución bancaria y de protección de depositantes.

Huída a Madrid
Caixa Bank y Sabadell se verían obligados a abrir subsidiarias en Madrid, donde se concentraría la mayor parte de su negocio, y que dejarían de estar reguladas por sus matrices catalanas.Actualmente sus oficinas en esta comunidad autónoma representan sólo el 27% y 32% de toda la red y, en el caso de CaixaBank, el riesgo crediticio concentrado en esta región es del 35%.

Un boicot popular con salida de capitales
Las entidades catalanas estarían amenazadas por "una salida de capitales por parte de familias, empresas y corporaciones catalanas en busca de mayor seguridad". Según el citado informe, estarían expuestas a un "boicot popular" en el resto de España en forma de retiradas de depósitos.

La deuda de Cataluña
El banco de inversión Nomura ya advertía a finales del pasado año que la independencia de Cataluña tendría efectos negativos tanto para la región como para España, teniendo en cuenta la fuerte dependencia a la financiación exterior del país y, en particular, de Cataluña, la región más endeudada, con 57.000 millones de euros de saldo a finales de 2013.

Agencias como Moody's ha anunciado que "podrían surgir presiones a la baja" si el debate en torno a la independencia comenzara a afectar a factores económicos objetivos.