El cacareado regreso de Carles Puigdemont a la política catalana ha provocado un nuevo cisma en el independentismo. La apropiación del expresident de la Generalitat de las siglas JxCat ha abierto una crisis que, a su vez, ha desembocado en una cascada de dimisiones en el PDeCAT. Una nueva batalla de los partidarios del ex jefe del ejecutivo catalán con los herederos de la antigua Convergéncia.

La fricción es más que palpable después de que el PDeCAT decidiera acudir a los tribunales al considerar que el cambio de titularidad de JxCat, la nueva plataforma de Carles Puigdemont, fue fraudulento.

Desde el día 10 de julio, la marca que se presentó a las elecciones autonómicas de 2017 y a los pasados comicios europeos de 2019 dejaba de estar bajo la tutela de los herederos de CiU para estar bajo el influjo del entorno más próximo de Carles Puigdemont. Así las cosas, el expresident tenía el camino allanado para usar esta nomenclatura para su nueva formación, al margen del PDeCat.

Los próximos al legado de la antigua Convergència sostienen que el mecanismo que se utilizó para arrebatarles la titularidad de JxCat fue doloso, según apuntan medios catalanes. Consideran que, antes del cambio, se debió de celebrar una asamblea. Al no desarrollarse por este cauce los acontecimientos, los miembros del PDeCat prometieron dar la batalla legal, lo que agravó aun más la crisis en el independentismo catalán.

Chorreo de dimisiones

La denuncia que interpuso el PDeCAT a principios del mes de agosto ha provocado un maremoto en su seno. De hecho, los cinco senadores de la formación han presentado su dimisión, marcando el camino a varios concejales metropolitanos de JxCat y el exconseller, también huido a Bélgica, Lluís Puig.

Éste ha sido el último en tomar la determinación de la dimisión y agravar más la fractura. Sin embargo, se esperan más dimisiones, concretamente de líderes de la formación en Girona a los que se considera próximos a Carles Puigdemont.

Pero Puigdemont buscará otra maniobra que debilitaría más al PDeCAT. El expresident mantendrá una reunión con Jordi Turull y Josep Rull cuando estos puedan salir de permiso, para decidir si abandonan o se quedan en el PDeCAT.

Tripartito en la Generalitat

La crisis generada por el regreso de Puigdemont y la apropiación de las siglas de JxCat por parte de su entorno ha provocado que la hidra cuente con una nueva cabeza. A la facción próxima al expresident habría que ‘extirparle’ a Ángels Chacón, consejera de Empresa y Coneixement.

Esta figura del Govern de la Generalitat es la pieza clave del líder del PDeCAT, David Bonheví, de cara a los próximos comicios en Cataluña. Según publica El Confidencial, Chacón es la cabeza de cartel que quiere colocar el presidente de la formación para batirse el cobre con Carles Puigdemont.

De hecho, según esta misma información, desde el soberanismo catalán tienen claro que el último servicio de Quim Torra a Puigdemont previo a su más que probable inhabilitación será liquidar a Chacón. Un cese que supondría una nueva brecha en el rostro del independentismo.

Otras aristas del conflicto

La batalla de Puigdemont con los herederos de CiU llegaría no sólo se circunscribiría a Cataluña o al Senado, sino que también podría afectar al Congreso. De los ocho diputados que obtuvo JxCat, cuatro de ellos se mantendrían fieles al expresident. Esta facción estaría encabezada por Laura Borràs y Míriam Nogueras.

La otra mitad, en cambio, liderada por Ferran Bel y Sergi Miquel, depositarían en el PDeCAT su lealtad. Este escenario, incluso, podría ser beneficioso para una parte totalmente ajena a esta ecuación. La insumisión de estos cuatro diputados allanaría el camino para que Pedro Sánchez sacase adelante sus Presupuestos.