El exsecretario general de Podem, Albano-Dante Fachin, visitó el pasado sábado al exvicepresident de la Generalitat, Oriol Junqueras, en la cárcel de Estremera y ha querido dejar plasmadas todas las sensaciones de este encuentro en un pequeño relato recogido en su blog.

El hasta hace poco diputado del Parlament ha incluso querido reflejar a partir de un mapa a mano alzada cómo es la sala de encuentros de la cárcel madrileña, a donde acudieron Alfred Bosch, Andreu Pujol, Josep Ginesta y él.

Fachin cuenta que no pudo dar al ‘interno’ el “abrazo” que muchos le pidieron que le llevase vía Twitter, donde anunció que tendría este encuentro, ya que un cristal separaba a los visitantes de Junqueras. “El primer gesto, aunque esperado y mil veces visto en el cine es el mismo: poner la mano en el vidrio. Lo hacemos nosotros cuatro con Oriol, uno por uno”, relata, añadiendo también que el exvicepresidente les cuenta que echa de menos “es el contacto físico”, algo que “los que estamos fuera no lo pensamos nunca”.

Mapa dibujado por Dante Fachin de la sala donde se encontró con Oriol Junqueras en la cárcel de Estremera

El exportavoz de Podem reconoce que le costó aguantar para “no lloriquear” durante los primeros minutos de la visita, pero que conversación no les falta: “La situación en el Parlamento, los últimos acontecimientos judiciales, la situación política general, lo que pasa en la calle, la inminente visita de Felipe de Borbón”.

Otro detalle que llama la atención a Fachin es que Junqueras para hablar debe utilizar un teléfono, algo que insiste “no deja de ser anormal” ya que no le permite gesticular todo lo que querría y hace subir el volumen de la conversación cuando esto ocurre.

Sobre la situación de Junqueras en prisión, Fachin recoge que ha perdido “9 kilos” pero les confirma que “se siente bien. Tiene buen color, está un poco moreno” por sus paseos en el patio y practicar tenis, “aunque él es el único al que no dejan tener raqueta”, así como que tampoco le “dejan ir a Misa”.

En la parte final de su relato, tras abandonar la cárcel de Estremera y pasar por “demasiadas puertas, demasiado barrotes, demasiado vidrio y demasiado muros”, Fachin afirma que con “el castigo a los presos hay un castigo a una sociedad y esta sociedad no cabe dentro de los muros, los barrotes y los alambres”, y recuerda que “en las calles de Barcelona y ante todos los medios de comunicación del mundo, la gente deja claro a Felipe de Borbón y a todo lo que él representa que sus muros son cada vez más delgados y que sus barrotes serán inútiles”.