El Gobierno regional de Cataluña contrató a una firma especializada de Estados Unidos para hacer "lobby" ante las autoridades y empresarios norteamericanos por la convocatoria de la consulta ilegal de independencia del 1 de octubre.

"La región 'separatista' española de Cataluña confía en SGR", publicó esta semana en su cuenta personal de Twitter Jim Courtovich, directivo tanto de esa firma dedicada a "las relaciones gubernamentales y el lobby" como de su "empresa hermana" en el sector de las relaciones públicas, Sphere Consulting.

Además, Courtovich incluyó también un enlace a una noticia de 'O'Dwayers', un medio especializado en información sobre empresas de relaciones públicas, que confirma que el Gobierno catalán contrató a SGR en agosto pasado.

 Contra de tres meses y renovable

Según la información, fechada el 2 de octubre, el contrato con la empresa es de tres meses y tiene un coste de 60.000 dólares, siendo renovable mes a mes, si así lo deciden las partes, a razón de 20.000 dólares mensuales.

Aunque O'Dwayers informa con detalle sobre lo acontecido en la consulta del domingo pasado, sobre el propósito del contrato sólo indica que SGR debe apoyar "los esfuerzos de comunicación en curso entre los gobiernos y las comunidades empresariales de Cataluña y los Estados Unidos".

Con ello, asegura que tanto Courtovich, que es el fundador de Sphere, como Graham Miller, su socio, están directamente involucrados en el manejo de la cuenta con el Gobierno regional que encabeza Carles Puigdemont.

 Un empresario investigado por el FBI

Jim Courtovich, cuya cuenta de Twitter ha estado muy activa los últimos días con motivo del referendo secesionista catalán, se ha visto salpicado por un caso de presuntos sobornos destapado a comienzos de año por el diario 'The Wall Street Journal'.

Según el rotativo, que citaba fuentes y documentos del caso, la oficina Federal de Investigación (FBI) y el Departamento de Justicia investigan si Courtovich o algún empleado de la empresa National Media, en la que fue consultor, ayudaron a un lobista llamado Evan Morris a ocultar el cobro de sobornos de empresas farmacéuticas.

Las informaciones apuntan a que Morris pudo haber dado a tres empresas vinculadas a Courtovich, incluida National Media, decenas de millones de dólares en contratos entre 2005 y 2015.

Por su parte, los investigadores federales, según 'The Wall Street Journal', sospechan que parte del dinero que las farmacéuticas pagaron a las empresas relacionadas con Courtovich terminó en las cuentas personales de Morris o se usan para que éste comprase artículos de lujo.