Sin embargo, la escenificación cumplía su objetivo. CiU y PP tenían el argumento para tirarse los trastos a la cabeza y las bases nacionalistas y las élites mediáticas tenían tema de debate que la dirección nacionalista les servía en bandeja de plata. ¿Es o no independentista CDC? ¿El PP seguirá siendo socio estable? ¿El pacto fiscal será la prueba del 9 de las relaciones entre España y Cataluña?

Así fijaba Oriol Pujol el debate aún a costa de aparecer como un equilibrista. Sin embargo, la realidad empujaba por otros derroteros. En plena ceremonia de la confusión se anunciaba la entrevista Mas-De Guindos. Según la versión del Palau de la Generalitat, el president Mas exigiría a De Guindos el pacto fiscal. Al final, del pacto fiscal nada de nada. De Guindos se encargó de rebajar los humos en las horas previas a la reunión. En el encuentro, el pacto fiscal no existió. Se habló de hispabonos. Quizás Mas se convenció de las palabras de De Guindos en las que afirmaba que ningún pacto fiscal saldría airoso si no crecía la economía. Sea o no por esto, lo cierto es que Mas aplazó las exigencias. Ahora, emplaza a su reunión con Rajoy en el mes de abril. Veremos. De momento, ayer nadie en CiU se rasgó las vestiduras por el rechazo del gobierno Rajoy al pacto fiscal. Se conformaron con hablar de los presupuestos. Mejor dicho, del precio que ponen los nacionalistas a su apoyo a los grandes números de 2012, que vienen cargados de “tios pacos con la rebaja”.

El congreso de CDC no habló en ningún momento de los recortes en la sociedad catalana. Sólo se habló de país pero no de ciudadanos. Sin embargo, el gobierno está por la labor. Se han recortado una de cada cinco patrullas de Mossos d’Esquadra, lo que redundará en la seguridad, según los sindicatos policiales, y se recortará el 15% del salario de los 7000 interinos de la Generalitat. También se les aplicará la movilidad funcional al cuerpo de funcionarios. Todo ello, 48 horas antes de la huelga general y 48 horas después del congreso nacionalista. Evidentemente, con el apoyo del Partido Popular.

Oriol Pujol empezaba su mandato manteniendo la ambigüedad de los nacionalistas. Agitando sentimientos los fines de semana con discursos independentistas, y pragmatismo semanal manteniendo los pactos y los puentes con el PP. Una normalidad que se vio alterada con la detención de tres empresarios y dos altos cargos de la administración acusados de intentar amañar los concursos de las estaciones de ITV. Josep Tous, el nuevo número 2 de la Diputación de Barcelona y responsable de la sectorial de industria de CDC, era detenido por la Guardia Civil que investigaba una trama separada del caso Campeón. Tous, considerado clave por los investigadores, estaba contratado por la Generalitat para poner orden en el sector de las ITV. “Siempre ha sido el hombre de la ITV de CiU. Todos sabían que venía de parte de Oriol Pujol”. Así define a Tous un ex alto cargo de la Generalitat en unas declaraciones que hoy publica el diario El País. Tous, según la investigación, pretendía amañar un concurso público para favorecer a determinadas empresas. En su etapa de responsable del sector en la consellería de Industria, prolongó las concesiones justo antes de ser desalojada CiU de la Generalitat. Esas empresas hicieron aportaciones a la fundación nacionalista según consta en el registro de fundaciones.

Toni Bolaño es periodista y analista político