Sería muy largo, aunque muy interesante, exponer con cierta precisión lo que es exactamente la autodefensa intelectual. En esencia, es el antídoto del adoctinamiento y de la manipulación mental; se trata de una serie de herramientas de tipo intelectual y cognitivo que nos permiten razonar sobre la base del análisis imparcial de los hechos, desde la objetividad de la evidencia, y con total independencia de cualquier adoctrinamiento ideológico o religioso. No es pecata minuta, sino tarea muy ardua y plagada de obstáculos en un mundo en el que la manipulación es el pan nuestro de cada día.

 

El librepensamiento define, desde la Ilustración, un esquema de pensamiento basado en el rechazo de cualquier dogmatismo impuesto y sustentado en el empirismo, la ciencia y la razón para interpretar la realidad y para distinguir lo cierto de lo falso. Un librepensador es, por tanto, una persona que construye sus criterios y sus opiniones sobre el análisis objetivo de los hechos, que es dueño de sus propias ideas y que es independiente de cualquier dogmatismo o cualquier intromisión ideológica. La moral de los librepensadores es natural y, lógicamente, muy alejada de cualquier precepto originado en el dogma o la superstición religiosa. Los librepensadores son, por lo general, grandes humanistas, y basan su sentido de la moralidad en las leyes naturales que provienen de la solidaridad, la justicia y la compasión.

La libertad de pensamiento es un derecho fundamental de toda persona, recogido en la Carta Magna de los Derechos Humanos de 1.948. Aunque en la práctica el librepensamiento es monopolio de una minoría de seres humanos, esos que, a través del conocimiento o de la lucidez, y siempre en contra de las normas del poder establecido, han profundizado en la realidad lo suficiente como para entenderla desde la imparcialidad, o, al menos, para intentarlo. La verdad es que la humanidad sigue estando sometida y manipulada, que nos alejan del librepensamiento todo lo posible desde el mismo momento en que nacemos, moldeando nuestros esquemas y llenando nuestra mente de dogmas, supersticiones y prejuicios. Porque hace falta casi toda una vida para deshacerse de ellos, y sólo son librepensadores unos pocos.

De tal manera que, en los tiempos que corren, buena parte de la población piensa como algunos quieren que piensen. Es el símil antiguo del rebaño en el que la oveja negra es el librepensador, el que se cuestiona las corrientes de pensamiento generadas por el poder, que casi siempre es opresor. Y de tal manera que la opinión, las creencias y el pensamiento de la gran parte de la población ha sido planificado de antemano. De ahí que desde los medios de comunicación se generen ideas falsas o manipuladas que pasan a ser ciertas, como dijo el ministro de propaganda nazi, Goebbels, cuando se repiten incensantemente con una población acrítica como receptor.

Según el último barómetro del CIS, del pasado martes 7 de noviembre, la preocupación por la independencia catalana supera a la que provocan la corrupción y el fraude. Según este estudio, en el mes de julio la preocupación de los españoles por el problema catalán era del 2,6%, y de un 29% en octubre. Y, mientras que en julio la preocupación de la población española por los casos de corrupción y fraude era del 45,3%, en octubre ha bajado casi a la mitad, al 27,5%. Las durísimas conclusiones de la Fiscalía en el 'caso Gürtel', algo que conmueve los mismos cimientos del Partido Popular, son ahora una simple anécdota para los españoles, aunque el mismísimo presidente del Gobierno sea “indiciariamente” un beneficiario directo de la trama mafiosa y corrupta, y aunque haya quedado demostrada la financiación ilegal del patido de Rajoy. 

Es evidente que el asunto catalán ha eclipsado las consecuencias, que deberían ser contundentes, de la investigación y el juicio de la 'Gürtel'. Tienen suerte los del PP; el conflicto catalán ha tapado sus vergonzosas miserias. Y tienen suerte también de que en este país la manipulación sea mucha y el librepensamiento muy poco. Lo cual nos lleva a recordar un libro que todos deberíamos leer: Curso de autodefensa intelectual de Norman Baillargeon, basado en el postulado de Noam Chomsky cuando expresó que “Si tuviéramos un auténtico sistema de Educación, se enseñarían en él cursos de autodefensa intelectual”. Lejos de eso, en España, en el sistema Educativo, y hasta en la sopa, tenemos religión, justamente lo contrario.