El magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha eliminado el delito de sedición del procesamiento contra el expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, pero manteniendo los delitos de desobediencia y malversación, lo que ha sido celebrado por el actual president del Govern, Pere Aragonès (Esquerra Republicana de Catalunya).

En una entrevista en Cataluña Ràdio ha razonado que “antes se pedía la extradición por tres delitos y ahora por dos”, remachando que “cae el más grave”. No obstante, no ha profundizado mucho más dado que no conoce al detalle la decisión del magistrado del Supremo, por lo que se ha limitado a manifestar su “máximo respeto a la estrategia de defensa de todos los represaliados” por el 1-O.

Según ha informado el Tribunal Supremo, el instructor del procés entiende que la derogación del delito de sedición dibuja un “contexto cercano a la despenalización” de los hechos investigados porque no encara en el tipo penal que lo sustituyó, a saber, el de desórdenes públicos agravados. Llarena también ha dejado sin efecto las euroórdenes de detención actuales por sedición, pero mantiene las de busca y captura nacionales dictadas contra Puigdemont y los ex consejeros Toni Comín y Lluis Puig por malversación y desobediencia. En este sentido, ha pospuesto la decisión de emitir una nueva euroorden contra Puigdemont y los otros dos acusados de malversación a la resolución de los tribunales de la Unión Europea sobre la inmunidad parlamentaria y la cuestión prejudicial. Cabe recordar que las euroórdenes ya estaban en suspenso a la espera de que se pronunciase la Justicia europea.

Sobre el caso de la secretaria general de ERC Marta Rovira y la exconsejera Clara Ponsatí, el delito por el que están procesadas pasa a ser el de desobediencia.

Por parte del Gobierno central, se ha pronunciado el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska. “Vamos a respetar las resoluciones judiciales”, ha aseverado en declaraciones a los medios a su llegada a unas jornadas sobre seguridad vial celebradas en el Congreso. Y ha apuntalado: “Deben cumplirse en sus términos”.