Foto de familia de los diputados electos de Junts pel Si que se ha realizado tras la primera reunión del grupo parlamentario de su formación que se ha celebrado en el Parlament de Catalunya. EFE



El juego y Convergencia
Hace pocas semanas, la Guardia Civil registraba la Fundación CatDem, de Convergencia. Hoy hemos conocido que la otra fundación nacionalista, Fórum Barcelona, FFB, habría recibido un total de 3,68 millones de euros de manos de empresas privadas. Presuntamente, 2,2 millones irían a parar hacia la fundación CatDem.

¿A qué se dedica FFB? Difícil decirlo. Ellos aseguran ser un espacio abierto a la participación, a la sociedad civil, que prestan servicios a terceros, informan a los ciudadanos, analizan problemas urbanos y elaboran informes y trabajos de estrategia. Pero sus actividades son casi inexistentes.

Un portavoz convergente defendía el derecho de la fundación FFB a no hacer público todo lo que hace, aunque el Tribunal de Cuentas sostiene que sí debería decirse y aportar la justificación correspondiente a lo que sea que se haga ahí. Porque las cuentas no salen.

Otra facultad de dicha fundación es la de llegar a acuerdos con terceros. Pues bien, llama poderosamente la atención un convenio firmado por FFB, no con una asociación de vecinos, una facultad universitaria, un colegio de arquitectos, abogados o urbanistas. No, el convenio es con CIRSA Gaming Corporation, que, según informaciones publicadas, habría aportado 100.000 euros entre el 2011 y el 2012. Como es de dominio público, CIRSA, la empresa de Manuel Lao, es líder en el sector del juego. Más de 60.000 tragaperras en funcionamiento, veinticinco casinos,  presencia en más de setenta países, en fin, un auténtico coloso a nivel mundial.

La relación entre los juegos de azar y CDC, no es nueva. Corrían los turbulentos años ochenta y, el por entonces diputado socialista, Josep Maria Sala se convirtió en el flagelo de Jordi Pujol con motivo de la adjudicación de la lotería catalana. Sala denunció todo lo que pudo y hasta dónde pudo. Paraísos fiscales en las Islas del Canal, empresas tapadera como Moseta, Manteleta y otras de nombres a cual más variopinto, ramificaciones con loterías canadienses – ése Canadá tan querido por Artur Mas, al que dice que se retirará si no es investido presidente -. Sala tuvo que llevar escolta durante mucho tiempo, porque recibió serias amenazas. Finalmente, acabó en la cárcel por el escándalo Filesa de financiación ilegal del PSOE. Su última intervención en el parlamento catalán fue ovacionada por todo el hemiciclo puesto en pie. Diputados convergentes como Jaume Camps se abrazaron a él, de manera emotiva.

Si más no, curioso.

Los perjudicado
Artur Mas dice que los primeros perjudicados ante los escándalos de corrupción que afectan a su partido son los propios convergentes. Esa corrupción, cierta o no, se ha llevado por delante, a día de hoy, al fundador del partido, Jordi Pujol, defraudador confeso, a su hijo Oriol Pujol, imputado en el caso de las ITV, a los hijos de Pujol, que en mayor o menor grado tienen asuntos que aclarar en materia de blanqueo de capitales, a Millet con todo el escándalo del Palau de la Música, al ex alcalde de Lloret Xavier Crespo, a Lluís Prenafeta, a Macià Alavedra, y suma y sigue.

Los sectores sensatos de CDC saben que la corrupción es el principal escollo en las negociaciones con las CUP. Aunque Mas lance globos sonda como el nombre de Germà Gordó, consejero de justicia en el último gobierno de Mas, dichos sectores apuestan por alguien que rompa de una vez con la opacidad, el tres por ciento, las relaciones peligrosas y la herencia derechista pura y dura de la formación. Gordó quedaría desestimado por haber participado en la gerencia del partido en su día.

Un escándalo más, decía un alto cargo de la Generalitat, y no va a quedar nada de Convergencia. Esa inquietud muy presente en las filas nacionalistas, podría haber encontrado a la persona idónea para encarnar ésa transición. Se trata de Neus Munté, actual vicepresidenta del gobierno catalán. Proviene de la UGT, donde fue miembro de la comisión ejecutiva de la Federación de Servicios Públicos, Secretaria de Política Institucional y abogada laboralista, entre otras responsabilidades. Su afiliación convergente data de 1996, lo que la aleja del pujolismo más duro. Pero la condición primordial que habría impuesto, según fuentes convergentes, sería la de cortar de raíz con la corrupción, caiga quien caiga, con rapidez y ejemplaridad.

Sí. A Mas le crecen los escándalos y se le encogen las esperanzas.