Si hablamos de Roma sin salir de nuestras fronteras, probablemente Mérida o Tarragona sean las ciudades que antes nos venga a la cabeza. Sin embargo, Burgos guarda un tesoro mucho menos conocido, pero sorprendente. Se trata del yacimiento de la Colonia Clunia Sulpicia, una de las ciudades más importantes del norte de la antigua Hispania.

Situada en el Alto del Castro, junto al municipio de Peñalba de Castro, hoy de poco más de 50 habitantes, esta ciudad romana fue hace más de dos mil años un importante centro administrativo, cultural y económico de la Meseta norte.

Los trabajos de excavación y recuperación que se han venido desarrollando a lo largo del tiempo en esta zona han devuelto la vida a un majestuoso teatro, uno de los más grandes de la época, pues se calcula llegó a tener capacidad para acoger a 10.000 personas. Hoy su aforo es mucho menor, de mil espectadores, pero cada verano esta construcción cobra vida gracias uno de los festivales más atractivos del panorama artístico nacional.

Pero Clunia guarda muchas más construcciones de aquella época. Los visitantes pueden realizar en este enclave un auténtico viaje en el tiempo a través del foro, las termas, las domus y los mosaicos.

A todo esto hay añadir otra de las riquezas que guarda esta ciudad de la provincia de Hispania Citerior Tarraconensis, que vio pasar al mismísimo Servio Sulpicio Galba justo antes de ser proclamado emperador de Roma tras la muerte de Nerón, y es la que tiene que ver con los acuíferos que están bajo sus cimientos y la obra de ingeniería que los romanos llevaron a cabo para abastecer de agua la ciudad. Todo este entramado está hoy en estudio, gracias a una casualidad. En 1900 Román Juez Peñalba, descubrió una galería mientras se realizaban los trabajos de construcción de una bodega. Es lo que hoy se conoce como Cueva Román, un complejo trazado subterráneo que constituye en sí mismo otro yacimiento arqueológico, un conjunto de galerías y lagunas subterráneas  que alimentaban los manantiales que afloraban en las laderas del cerro, y que pudo ser explotado desde la ciudad mediante la realización de pozos.

El minucioso trabajo de los romanos lo prueban los canales de interconexión de las lagunas y las inscripciones que atestiguan la presencia de distintos personajes y su condición social. Como en cualquier obra de ingeniería de la época, los magistrados de la ciudad supervisaban las acciones de mantenimiento necesarias para el abastecimiento de agua y dejaron constancia en su interior (IIII VIRI VENERUN) de los trabajos realizados. Su huella no solo quedó en el nombre, sino también en figuras y representaciones itifálicas.

Cómo visitar Clunia

Para visitar esta ciudad romana burgalesa, hay que tener en cuenta que el horario en esta época y hasta el próximo 31 de marzo es de 10.00 a 17.00 horas, de martes a domingo, no permitiéndose el acceso media hora antes del cierre. Los mosaicos, no obstante, están tapados en este periodo del año para protegerlos de las inclemencias meteorológicas.  A partir de abril, la apertura de Clunia Sulpicia se amplía de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00 horas. Cabe tener en cuenta también, que los martes y los miércoles no se organizan visitas guiadas. 

Asimismo, es posible participar en las muchas  actividades culturales que se organizan en este espacio, como el Festival de Verano, el Festival Juvenil de Teatro Grecolatino, el programa Clunia cerca de ti, las visitas arqueoteatralizadas, los talleres arqueológicos y los cursos de verano. El pasado año, más de 31.700 personas formaron parte de alguna de estas iniciativas.

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