El Arzobispado de Toledo ha confirmado este martes la detención del sacerdote Carlos Loriente, canónigo de la Catedral Primada y director del instituto teológico San Ildefonso, después de que fuera sorprendido en la localidad malagueña de Torremolinos con una cantidad importante de ‘tusi’, droga también conocida popularmente como cocaína rosa.

La noticia ha sacudido de lleno a la Archidiócesis, ya que en un primer momento algunos medios locales apuntaron erróneamente al rector del Seminario Mayor, Álvaro García Paniagua, lo que ha obligado al propio Arzobispado a desmentir y aclarar públicamente la identidad del detenido. En un comunicado, la institución eclesiástica ha lamentado “profundamente” los hechos y ha reprobado “cualquier conducta delictiva que presuntamente hubiera podido cometer” el sacerdote.

Según la información publicada por El Digital de Castilla-La Mancha, Loriente viajó hasta Torremolinos en un vehículo de alquiler acompañado de otros hombres, con el propósito de acudir a una fiesta. Durante una identificación rutinaria, la Policía Nacional interceptó el coche y halló en su interior una cantidad relevante de la citada sustancia estupefaciente, compuesta por una mezcla de MDMA y otros componentes psicoactivos.

El hallazgo no terminó ahí. Al comprobar que el sacerdote portaba más droga de la que puede considerarse para consumo propio, los agentes acudieron a la vivienda turística que Loriente había alquilado en la localidad costera. Allí encontraron todavía más estupefacientes, lo que derivó en su arresto inmediato como presunto autor de un delito contra la salud pública.

El caso no ha pasado desapercibido por el lugar en el que se produjeron los hechos. Torremolinos es uno de los destinos LGTBI más reconocidos de España, referente de ocio nocturno y de libertad sexual. Aunque la coincidencia puede ser casual, el contraste entre ese contexto y la condición de sacerdote de la Catedral de Toledo ha intensificado la repercusión del escándalo.

Junto a él se encontraban otros tres hombres de nacionalidad argentina y venezolana con los que había viajado para pasar el fin de semana. En el registro del inmueble turístico que tenían alquilado, los agentes no solo localizaron más droga, sino también diversos juguetes sexuales, lo que refuerza la dimensión escandalosa del caso por la combinación de fiesta, estupefacientes y prácticas que chocan frontalmente con la moral que la Iglesia predica.

Reacción del Arzobispado

El Arzobispado de Toledo ha querido desligar la responsabilidad de la institución de la conducta personal del detenido, aunque ha mostrado su “plena confianza en la justicia”. Al mismo tiempo, ha asegurado que la Archidiócesis “colaborará” con las autoridades en todo lo necesario y que ya ha abierto sus propias investigaciones internas.

De manera cautelar, Loriente ha sido apartado del ejercicio del ministerio y de todos sus cargos oficiales, entre ellos el de director del Instituto Teológico San Ildefonso, una de las instituciones académicas más relevantes de la formación eclesiástica en la región.

La institución eclesial ha pedido asimismo “perdón al pueblo de Dios” por los “daños morales que puedan ocasionar los presuntos delitos de un sacerdote de la Archidiócesis”, en un gesto que busca contener el impacto de un escándalo que pone en entredicho la imagen de la Iglesia toledana.

Un golpe a la credibilidad eclesiástica

Este episodio se suma a otros que han ido erosionando la confianza en la jerarquía eclesiástica, cada vez más cuestionada por casos que se alejan de los valores que dicen representar. La detención de un sacerdote en circunstancias tan comprometedoras no solo supone un grave problema judicial para el propio acusado, sino también un golpe directo a la  Archidiócesis de Toledo.

El hecho de que Loriente ocupara puestos de responsabilidad en la Catedral y en la formación académica de futuros sacerdotes agrava la situación. No se trata de un cura de parroquia cualquiera, sino de un clérigo con influencia en la vida eclesiástica toledana y en la formación teológica de los futuros pastores de la Iglesia.