En Castilla-La Mancha, la lucha contra la violencia machista se ha convertido en un trabajo constante y medible, no en un gesto simbólico que se recuerde una vez al año. Cada 25 de noviembre llega cargado de mensajes y compromisos, pero en esta región el impulso político ha ido más allá: los recursos han crecido, los servicios se han ampliado y la red de atención se ha fortalecido mientras en otros territorios, de la mano de PP y Vox, se abrían paso discursos que ponen en duda la propia existencia de esta violencia. En Castilla-La Mancha, en cambio, la respuesta institucional ha sido sumar y no restar, reforzando un modelo que en la última década ha cambiado el mapa de protección a las mujeres.

Ese camino lo ha reivindicado este martes la diputada socialista Paloma Jiménez, recordando que el PSOE es el "garante de la igualdad" en una comunidad que se ha marcado como objetivo político, social e institucional la violencia cero. Ha defendido que Castilla-La Mancha no acepta ni negacionismos ni silencios, y que esta lucha es parte esencial de un proyecto que blinda derechos y sostiene a las víctimas frente a una desigualdad extrema que algunos intentan minimizar.

Jiménez ha subrayado que este compromiso no se mide en discursos, sino en datos. Desde 2015, Castilla-La Mancha ha triplicado su presupuesto en materia de igualdad, una decisión política de Emiliano García-Page que ha tenido impacto directo en la vida de miles de mujeres. Ese incremento sostenido se ha traducido en más servicios, más profesionales, más apoyo y más herramientas, consolidando un sistema público de protección que contrasta con los recortes y la negación impulsados por las derechas en otros territorios.

Gracias a esa apuesta, la región cuenta hoy con la red más amplia de Centros de la Mujer de toda España, con 88 centros distribuidos por todas las comarcas, lo que garantiza presencia, atención y acompañamiento incluso en zonas rurales donde el acceso a recursos es tradicionalmente más complejo. A ello se suman 15 recursos de acogida, espacios seguros que ofrecen protección inmediata tanto a mujeres como a menores, y que representan una garantía real frente al riesgo inminente.

La diputada ha recordado también que Castilla-La Mancha fue la primera comunidad autónoma en poner en marcha ayudas directas para menores huérfanos por violencia de género, un ejemplo de cómo la región ha situado la protección integral en el centro de su acción. Del mismo modo, ha destacado la fortaleza de la Ley para una Sociedad Libre de Violencia de Género, una norma pionera, sólida y avanzada que ha situado a la comunidad en la vanguardia de los derechos y la protección, mientras en otros lugares PP y Vox han tratado de desmontar leyes similares o sustituirlas por marcos ambiguos que diluyen la violencia machista en conceptos genéricos.

La región que más invierte por habitante en políticas de igualdad

Jiménez ha insistido en que Castilla-La Mancha es la comunidad autónoma que más invierte por habitante en políticas de igualdad, una cifra que evidencia una voluntad política clara: blindar derechos frente a quienes buscan relativizarlos. En un contexto nacional donde los discursos negacionistas han ganado espacio de la mano de PP y Vox, la diputada ha defendido que la región mantiene un rumbo propio, alejado de retrocesos y construido sobre una base firme de recursos públicos.

Para cerrar su intervención, ha realizado un llamamiento a la unidad y ha sido tajante con quienes cuestionan la existencia misma de la violencia machista. Ha advertido de que el Partido Socialista "no va a permitir retrocesos", ni que se ponga en duda el trabajo de décadas ni que se utilice la igualdad como arma política.