El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha arremetido este miércoles contra lo que ha definido como “algunas autoridades del Levante” que se permiten “atacar e insultar” a los castellano-manchegos acusando a la región de tener el “grifo abierto” en los regadíos de la cabecera del Tajo.
Lo ha hecho en clara alusión al president valenciano, Carlos Mazón, quien culpa a Castilla-La Mancha de “malgastar el agua”, respaldándose en un informe de la Generalitat Valenciana que pretende abrir un nuevo frente político en la histórica batalla del trasvase Tajo-Segura.
Durante su intervención en el acto institucional del Día Internacional de las Mujeres Rurales, celebrado en Almagro, García-Page ha aprovechado para responder a esas acusaciones que, según ha dicho, buscan “escapar de los problemas” que afronta el Levante, sobre todo tras los episodios de la DANA y los daños hídricos que ha dejado en la zona.
“Algunas autoridades del Levante atacan e insultan a los regantes de Castilla-La Mancha diciendo que tenemos el grifo abierto. Podría dar muchos datos”, ha advertido el jefe del Ejecutivo autonómico, antes de recordar las diez sentencias del Tribunal Supremo que avalan los derechos de la región en materia de agua y que, según ha lamentado, “todavía hoy están sin corregirse”.
El dirigente castellano-manchego ha comenzado su intervención pidiendo romper con los “clichés de la mentalidad urbanita malentendida”, una expresión con la que ha querido subrayar la distancia entre quienes viven del territorio y quienes solo hablan del agua en términos políticos o de rentabilidad.
Reprocha a Mazón que culpe a Castilla-La Mancha de los problemas del Levante
En ese sentido, García-Page ha reprochado a Mazón que intente culpar a Castilla-La Mancha de los problemas de escasez del Levante, mientras miles de hectáreas de regadío siguen funcionando allí “sin amparo legal”. “¿Dónde están?”, se ha preguntado el presidente regional, dejando en evidencia la falta de control sobre los usos irregulares del agua en las provincias del sureste español.
El presidente ha insistido en que no se trata de enfrentar territorios, sino de reclamar justicia hídrica. “Deseo que el Levante tenga agua y que tenga satisfechas sus oportunidades”, ha afirmado, “pero tendrán que entender que también esta tierra, y sobre todo porque vemos el agua pasar, se vino a vivir al lado de los ríos, como en todos los sitios, para tener agua”.
Por ello, ha recalcado que Castilla-La Mancha pelea “por algo tan elemental como eso”, reivindicando el derecho de los pueblos ribereños a disponer de los recursos que les pertenecen por ley y por justicia natural.
Apela a la responsabilida de Mazón ante la crisis climática
García-Page ha concluido su intervención con un mensaje directo hacia los responsables políticos del Levante, apelando a su responsabilidad ante la crisis climática.
“Los que son víctimas del cambio climático tendrían que ayudar como nadie a combatirlo usando el agua desalada del mar, en vez de tener que esquilmar el agua natural que también los demás necesitamos”, ha sentenciado, en alusión a la resistencia del PP valenciano a apostar por las desaladoras y la modernización de sus regadíos.
Las palabras de García-Page evidencian un nuevo choque institucional entre Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana en torno al trasvase Tajo-Segura.
Mientras el Gobierno regional defiende la reducción de derivaciones y la protección de los caudales ecológicos, Mazón ha optado por reabrir una guerra del agua en clave partidista, respaldado por otros presidentes autonómicos del PP como López Miras y Moreno Bonilla. En este contexto, el presidente castellano-manchego ha vuelto a situarse como la voz más firme en defensa del Tajo frente a los intentos del Partido Popular de convertir el agua en un instrumento político y electoral.