La que iba a ser la reaparición pública de María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha se ha esfumado sin explicación. La expresidenta regional no ha asistido finalmente este viernes a la clausura de la jornada sobre energía organizada en Villar de Cañas, el municipio conquense que durante su mandato fue designado para acoger el polémico Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares, un proyecto que generó enorme contestación social, técnica y política y que fue abandonado definitivamente en 2023.

Cospedal figuraba en el programa del evento como participante en la clausura junto a Javier Dies, catedrático de Ingeniería Nuclear y consejero del Consejo de Seguridad Nuclear, y Benjamín Prieto, presidente del PP de Cuenca y uno de los principales defensores del ATC durante la etapa del Partido Popular al frente de la región. Sin embargo, su nombre fue retirado discretamente a última hora, dejando un vacío que no ha pasado desapercibido para quienes habían criticado con dureza su anunciada presencia.

La cancelación silenciosa de su intervención se produce tras varios días de fuertes críticas públicas por parte del Gobierno regional, el PSOE de Castilla-La Mancha y distintos cargos públicos del entorno, que han considerado su regreso a Villar de Cañas como una “provocación” y un intento de “reabrir una herida” que la región considera cerrada.

Una visita envuelta en rechazo

Durante toda la semana, la anunciada presencia de Cospedal en Villar de Cañas ha sido objeto de un rechazo creciente. La portavoz del Gobierno regional, Esther Padilla, calificó su reaparición como “un insulto” a Castilla-La Mancha y le reprochó que no haya mostrado “ni respeto ni autocrítica” tras años de ausencia institucional. “Reaparecer en Villar de Cañas es reabrir la herida, porque ella fue quien trajo el basurero nuclear a esta tierra”, afirmó Padilla.

Este mismo viernes, la diputada socialista Paloma Jiménez, alcaldesa de Saelices, una localidad próxima a Villar de Cañas, también alzó la voz contra la presencia de Cospedal.

Criticó que fuera a acudir “sin pedir perdón” por lo que calificó como el “crimen” de intentar instalar en la comarca un almacén de residuos altamente radiactivos. Jiménez recordó el impacto que habría tenido el proyecto sobre el entorno agrícola y natural de la zona, así como la fractura social que generó entre municipios vecinos.

El alcalde defiende el proyecto y justifica a Cospedal

En declaraciones a los medios, el alcalde de Villar de Cañas, Alejandro Pernías, ha defendido la celebración de las jornadas y la participación inicialmente prevista de Cospedal. Ha señalado que “el proyecto del ATC está en la UCI, pero no está muerto”, en referencia al debate energético y al futuro de la gestión de residuos nucleares en España. A su juicio, sigue siendo una opción viable que no debe descartarse del todo.

Sobre la expresidenta, Pernías ha argumentado que su presencia estaba “plenamente justificada” porque fue “la presidenta que impulsó el ATC” durante su mandato. Según ha dicho, su intervención en el foro pretendía dar continuidad a una reflexión sobre el modelo energético y nuclear en España, independientemente de las controversias políticas.

Un legado marcado por la imposición

El ATC de Villar de Cañas fue promovido por el Ejecutivo de Cospedal entre 2011 y 2015, y designado como sede nacional para almacenar combustible nuclear gastado. Su elección fue cuestionada desde el principio por informes técnicos, colectivos ciudadanos y gobiernos posteriores, y quedó paralizado sin haberse iniciado las obras. El proyecto costó más de 90 millones de euros en adjudicaciones, estudios y licencias sin ejecución efectiva, y acabó siendo descartado en el VII Plan General de Residuos Radiactivos, aprobado en 2023 tras la insistencia del Gobierno de Emiliano García-Page.

Para sus detractores, la no comparecencia de Cospedal es una huida política que confirma el rechazo que todavía genera su gestión y su legado en Castilla-La Mancha. “No ha venido a pedir perdón ni a rendir cuentas, sino a intentar reescribir la historia”, lamentan fuentes socialistas, que han recordado que la exlíder del PP ni siquiera participa en los actos institucionales del Día de la Región.

Su ausencia final refuerza la sensación de que el ATC sigue siendo una herida abierta, no solo para el territorio donde se intentó imponer, sino para la memoria colectiva de una comunidad que ya dijo no a un modelo energético basado en decisiones unilaterales y sin consenso. Aunque el proyecto quedó enterrado, el intento de reaparecer sin asumir responsabilidades ha vuelto a encender el rechazo que durante años generó su nombre en esta tierra.