En Aragón, la antesala de las elecciones autonómicas se ha convertido en un debate sobre gobernar o no gobernar. No basta con ganar, coinciden cada vez más voces políticas, si el resultado obliga a negociaciones complejas que bloqueen la acción del Ejecutivo. Con ese telón de fondo, Jorge Azcón encara la campaña tratando de asegurarse un margen de estabilidad tras las urnas.

Esa preocupación atraviesa buena parte de la entrevista que el presidente aragonés ha concedido al diario 'El Mundo', en la que expone con detalle su estrategia electoral y los límites que se marca ante posibles pactos. El objetivo declarado es evitar que una victoria insuficiente vuelva a situar la gobernabilidad en manos de Vox, como ha ocurrido recientemente en otras comunidades autónomas, especialmente en Extremadura.

Azcón admite implícitamente que el escenario postelectoral puede ser tan determinante como el propio resultado. “Ojalá yo tenga un 43% del voto. Un 43% del voto es histórico en Extremadura y en Aragón”, afirma al ser preguntado por el precedente extremeño, donde el Partido Popular ganó las elecciones con claridad pero quedó condicionado por la fuerza parlamentaria de Vox. La referencia no es casual: el presidente aragonés asume que un resultado holgado facilitaría un Ejecutivo monocolor, mientras que una mayoría corta abriría la puerta a bloqueos similares a los que ya se han visto.

La relación con Vox ocupa un lugar central en su discurso. Azcón subraya que no está dispuesto a asumir exigencias que considere fuera de la legalidad o de las competencias autonómicas. “Yo me comprometo a ser coherente. Vox dice que va a defender a sus votantes y yo voy a defender a los míos”, señala, antes de añadir que gobernará “para todos” y dentro de los márgenes que marca el Estado de Derecho. En ese sentido, insiste en que “los límites están escritos” y que cualquier acuerdo debe ajustarse a ellos.

En cuestiones concretas, como la política medioambiental o la inmigración, el presidente del Gobierno aragonés intenta marcar una posición diferenciada tanto del discurso de Vox como del Ejecutivo central. Sobre el Pacto Verde europeo, afirma que “es muy mejorable” y establece matices: “Estoy a favor del Pacto Verde cuando habla de energía nuclear y estoy en contra cuando dificulta la vida de nuestros agricultores”. Con ello, se distancia del rechazo frontal de Vox, pero también evita una defensa cerrada del marco europeo actual.

En materia migratoria, Azcón recalca que su compromiso pasa por el programa del PP y por el cumplimiento de la ley. “Yo prometo que cumpliré con el programa electoral del PP, que defiende la inmigración legal y luchar con todo contra la inmigración ilegal”, sostiene. Ante preguntas más concretas, como la acogida de menores migrantes, responde que “vamos a cumplir las leyes, hasta aquellas que no nos gusten”, incluso si esa posición genera fricciones con Vox, que ha fijado líneas rojas en este ámbito.

“A Vox se le frena con gestión, resolviendo problemas"

El presidente aragonés también vincula el crecimiento de Vox al clima político general y al malestar social. “A Vox se le frena con gestión, resolviendo problemas. Una cosa es predicar y otra, dar trigo”, afirma, antes de añadir que “el cabreo útil contra Sánchez es un Gobierno monocolor del Partido Popular”. En su análisis, Vox estaría ocupando un espacio de protesta similar al que en su día ocupó Podemos: “Vox sube porque hace lo que Podemos hizo dentro de la crisis que provocó el presidente Zapatero”.

Más allá de Vox, la entrevista aborda la confrontación con el PSOE y con su candidata en Aragón, Pilar Alegría. Azcón descarta cualquier acuerdo futuro mientras ella esté al frente del proyecto socialista en la comunidad y rechaza las ofertas para explorar pactos presupuestarios. A su juicio, un entendimiento con el PSOE en el contexto actual no ofrecería garantías de estabilidad ni de “limpieza”, dos condiciones que considera imprescindibles para aprobar unas cuentas públicas.

La cuestión de los Presupuestos es, de hecho, otro de los ejes de su planteamiento político. Azcón deja claro que investidura y cuentas públicas deben ir ligadas. “Después de estas elecciones va a haber Presupuestos. La investidura irá unida por completo a los Presupuestos; es una línea roja que yo pongo encima de la mesa. Sin una cosa no habrá la otra”, afirma, anticipando una negociación simultánea en caso de necesitar apoyos parlamentarios.

Este énfasis en la estabilidad no es ajeno al contexto en el que se convocan las elecciones. El adelanto electoral en Aragón se produjo tras el bloqueo parlamentario que impidió aprobar los Presupuestos autonómicos, una situación derivada del rechazo de Vox a seguir negociando con el Ejecutivo del PP. La imposibilidad de sacar adelante las cuentas llevó a Azcón a disolver las Cortes y convocar elecciones anticipadas, situando la gobernabilidad en el centro del debate político.

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