Bien es sabido que la cultura es uno de los elementos más poderosos en la sociedad, con un alto poder transmisor de los mensajes. Por ello, en ocasiones, desde las altas esferas se trata de controlar con el fin de manejar los discursos que se transmiten a la calle. Precisamente, en la Comunidad de Madrid, desde hace tiempo viene denunciándose el boicot del Gobierno de Ayuso a artistas y obras de izquierdas; motivo por el que ahora deberá enfrentarse a un plan anticensura.
Este martes, 16 de diciembre, Más Madrid ha registrado en la Asamblea una Proposición No de Ley (PNL) para impulsar un Plan Regional de Buenas Prácticas en el Sector Cultural con el fin de "garantizar la libertad de creación, frenar la censura cultural y poner fin al control político de los espacios culturales públicos de la Comunidad de Madrid".
Esta iniciativa es una respuesta a las sucesivas polémicas, marcadas por el hedor de la censura, que vienen sucediéndose en la región, como la protagonizada por Nacho Duato o las tensiones en instituciones como el Círculo de Bellas Artes, al que el Gobierno madrileño le ha trasladado que "hacéis cosas que no nos gustan", según declara su presidente a elDiario.es. Tampoco se puede olvidar, como menciona el partido, el uso discrecional de subvenciones nominativas que "están generando dependencia institucional y un clima creciente de autocensura en el sector cultural".
La portavoz de Cultura de Más Madrid, Marisa Escalante, ha advertido de que “la cultura madrileña vive bajo un modelo de control político que no se ejerce solo con vetos visibles, sino también a través del miedo, la precariedad y la financiación discrecional”. En este sentido, señalan la existencia de "interferencias políticas en la programación, gestión y orientación artística de los espacios culturales públicos", que se suma al "clima de autocensura" entre creadores, compañías y profesionales del sector.
Maniobras como la cancelación de obras teatrales, retirada de homenajes culturales o el veto a determinados artistas ponen de manifiesto una "dinámica preocupante de intervención ideológica en la cultura", según Más Madrid, que recuerda que, de cara al lado opuesto, existe la "promoción de determinados perfiles afines". Esta intervención del Gobierno de Ayuso en la cultura no hace otra cosa que reforzar su visión a través del relato cultural gracias a la exclusión de un lado, el que no se corresponde con el oficial, y el alzamiento del otro, el que no les genera ningún tipo de incomodidad.
Para lograr esta selección, llamativa y evidente es la programación de los Teatros del Canal, que es presentada directamente por el propio consejero de Cultura de Ayuso, Mariano de Paco Serrano, quien, hace unos días acusaba al mismo Nacho Duato de "mentir" tras denunciar el veto del Gobierno regional. “Cuando es el consejero quien presenta la programación de los Teatros del Canal en lugar de sus direcciones artísticas, o cuando las subvenciones se reparten sin criterios claros, se está enviando un mensaje muy peligroso al sector: quien incomoda, queda fuera”, denuncia Escalante.
A través de esta PNL, Más Madrid denuncia que las prácticas previamente mencionadas se traducen en "dinámicas de autocensura". Así, recuerda que la UNESCO ha advertido reiteradamente de que "uno de los principales riesgos para la libertad artística en las democracias contemporáneas no es solo la censura directa, sino la autocensura, provocada por la precariedad, la dependencia institucional o el temor a represalias simbólicas, contractuales o reputacionales".
Organismos internacionales como la propia UNESCO, el Consejo de Europa o la Unión Europea se muestran de acuerdo en la "necesidad de reforzar los marcos de gobernanza cultural, garantizar la libertad artística y asegurar procesos transparentes y auditables en la gestión de recursos públicos", de manera que se pueda evitar un empobrecimiento de la vida cultural o de la diversidad creativa.
El partido insiste en que la Comunidad de Madrid "carece" actualmente de un marco de referencia claro que garantice de forma efectiva la libertad de creación, la transparencia en la toma de decisiones culturales y la rendición de cuentas, motivo por el que proponen este plan regional de buenas prácticas.
Por ello, su propuesta para frenar el control político en la cultura madrileña consta de nueve puntos, entre los que destacan algunos como "garantizar que cualquier cancelación, exclusión o retirada de apoyo público a proyectos culturales se base en criterios objetivos, técnicos y artísticos", "establecer mecanismos transparentes y estables de selección de direcciones artísticas", "promover un entorno seguro para la creación cultural" o "crear una Unidad Técnica de Seguimiento de Buenas Prácticas en la Gestión Cultural Pública".
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