“El tiempo, el implacable, el que pasó” -como canta Milanés-, dirá si el simplismo conceptual de los mensajes del léxico político que usa la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Natividad Díaz Ayuso, resulta exitoso para su campaña. Vacuos y superficiales intelectualmente en su contenido y minimalistas de texto y relato.
Puede pensarse que los estrategas de campaña, los spin doctors y asesores aúlicos de la candidata del PP, adecuan este tipo de reduccionismo del mensaje ayusiano por dos motivos. Uno, por que se adecua perfectamente al receptor del populismo derechista y porque llega fácilmente a un nuevo electorado que quieren atraer fuera del espacio habitual de la tradición conservadora. En este segmento de electorado destacarán sectores obreristas ligados a la hostelería, el mundo del ocio y espectros sociales que confunden la libertad con la irresponsabilidad de contagio y las restricciones por salubridad con los recortes autoritarios a los derechos democráticos. También se incluirían en el potencial receptor de ese discurso sin “chicha ni limoná” y sin complejidad cognitiva, a espacios concretos del lumpemproletariado. Un espacio que Ayuso pelea con Vox y que según las encuestas podrían optar por el PP antes que por la formación de Abascal.
"Ayuso se mueve bien en el campo de lo ideológico, de la defensa de su partido pero “de otras cosas tiene unos conocimientos normales, no la elegiría nunca como compañera para jugar al Trivial, y por eso delega en sus consejeros, que son gente muy preparada y pueden asumir ese papel y compensar esas deficiencias”.
Las greguerías sin sustancia
En ocasiones las expresiones de la candidata del PP recuerdan a la greguería, el género creado por Ramón Gómez de la Serna. El periodista y escritor madrileño y artífice del la concurrida tertulia en el Café de Pombo, las calificaba como sentencias ingeniosas y breves surgidas de un choque casual entre el pensamiento y la realidad. La greguería puede surgir de forma espontánea pero su formulación lingüística es muy elaborada pues debe tener chispa y ser ingeniosa para llevar claramente la idea que se quiere transmitir. En ese sentido hay frases y mensajes de Ayuso que podrían emular las gueguerías pero eso no surgidas de la espontaneidad de la candidata del PP, sino creadas previamente en la fábrica de argumentarios dirigida por Miguel Ángel Rodríguez. También a este modelaje aportan los duros del PP madrileño, Javier Fernández-Lasquetty y el consejero vinculado a Aznar, Enrique Ossorio, pura sangre del aguirrismo. Estos son los que, a diario, le suministran la munición verbal a Ayuso. El problema de la candidata surge cuando se trata de un cara a cara con un periodista y no hay frase recogida en el argumentario. Entonces es cuando la presidenta, sola y a cuerpo descubierto, improvisa y puede decir cosas veredes como “esa pregunta se no se la puede hacer a una presidenta”, “Madrid es una de las ciudades con más vida nocturna del mundo y eso incluye atascos a las tres de la mañana un sábado lo que hace una ciudad era especial", “Tengo claro que el virus se llama COVID-19 -coronavirus diciembre 19- porque estaba desde diciembre del 19 campando a sus anchas por todas partes" o "en los hospitales que tienen techos altos los pacientes sanan muy bien”. Sola, sin argumentario, es un peligro para sus intereses del 4-M, creen en su cuartel electoral. Ayuso se mueve bien en el campo de lo ideológico, “de otras cosas tiene unos conocimientos normales, no la elegiría nunca como compañera para jugar al Trivial, y por eso delega en sus consejeros, que son gente muy preparada y pueden asumir ese papel y compensar esas deficiencias”. Esta definición de sus debilidades las recogió el diario “ELPAÍS” de fuentes directas de su equipo asesor.
Sería una injusticia insultante a la inteligencia, del escritor madrileño, fallecido en el exilio argentino, Gómez de la Serna, asociar las “ayusadas” a sus “greguerías”. Ni el trovo ni la respuesta certera improvisada, ni la fina ironía integran el perfil de la candidata… necesita fabricación previa y ajena y la tiene en su equipo de la “Factoría Rodríguez”.
“Cree Miguel Ángel Rodriguez que las personas reciben 17.000 impactos publicitarios al día y, ante ello, hay que ser original para que se queden con el suyo. Mensajes sencillos, rápidos y provocadores que duran solo dos o tres días pero que se venden bien”.
Boutade y “salidas de pata de banco”
Otra cosa seria asociar las ocurrencias y salidas de pata de banco Ayuso a la boutade, esa intervención pretendidamente ingeniosa, destinada por lo común a impresionar. La política madrileña se siente bien con sus boutades porque le permiten atraer titulares aunque su forma y contenido sean simple humo o fuegos de artificio. Su uso puntual transmite al potencial electorado cierto descaro o supuesta valentía. En cambio, si su utilización es permanente y reiterada se asociaría a fanfarronería, por eso son frases efímeras y de corta vida. Por eso se aconseja no abusar de las boutades. La idea de Miguel Ángel Rodríguez señalada en algunas ocasiones es “hacer alguna locura”. Cree el ex asesor de Aznar que las personas reciben 17.000 impactos publicitarios al día y, ante ello, hay que ser original para que se queden con el suyo. Mensajes sencillos, rápidos y provocadores que duran dos o tres días pero que se venden bien. Son las boutades y estudiadas “salidas de pata de banco” como ráfagas y estrellas fugaces que duran lo que duran y se desaparecen en el firmamento electoral tras alumbrar un corto espacio de tiempo.
Astracanadas como género del disparate
Y por último el diccionario ayusista bebe también de la astracanada, esa obra teatral con situaciones disparatadas y en ocasiones cómicas, subgénero popular en España en el primer tercio del siglo XX. Basado en una teatralización de la realidad con falsillas sentimentales. “España me debe una, hemos sacado a Pablo Iglesias de La Moncloa” o la afirmación de que "Pedro Sánchez en la pandemia no hacía nada, sólo hacía su Aló, presidente y se iba a echar la siesta", “Cuando Sánchez está fuera de España sueña conmigo, como le llevamos al juzgado porque quería cerrar Madrid de manera ilegal, la Moncloa Press decidió sacar el estado de alarma". Pero la línea del disparate viene de lejos como cuando afirmó en diciembre de 2018: “El experimento de Madrid Central es puro comunismo”. Y como parte del muestrario de ideas “frescas” en campaña, esta: “El Gobierno quiere tener a la gente en las colas del hambre para que dependa de ellos". Desde el Ejecutivo se "atenta contra la libertad de un empresario o trabajador pero no contra un mantero u okupa".
Astracanadas, boutades, greguerías sin calidad, “perlas” o simplemente disparates para provocar y que circulen, elijan el género que deseen, pero lo que es evidente es que el objetivo de la “Factoría Rodríguez” es ni un día sin una de ellas. He aquí una breve recopilación del diccionario ayusista.
Comenzamos recordando como en abril de 2019 propuso que los niños concebidos pero no nacidos se contabilizaran como miembros de las unidades familiares a efectos de solicitar ayudas sociales o plazas escolares.
“¿A cuántos sanitarios han contratado para el hospital?”, preguntó una periodista en entrevista en TeleMadrid: “Son preguntas que no se le hacen a un presidente autonómico”, dijo Ayuso tras demostrar que no tenía ni idea sobre la cuestión.
Un momento para la historia de la controversia política se produjo en octubre de 2020 cuando Ayuso demostró desconocer datos básicos del hospital Isabel Zendal. A la pregunta de la periodista de Telemadrid, Silvia Intxaurrondo sobre cuántos sanitarios se habían contratado para este centro de pandemias, en un ambiente de tensión, Ayuso optó por despachar la pregunta con un cuestionable “Son preguntas que no se le hacen a un presidente autonómico”. Ayuso ha llegado a elogiar este hospital de campaña al que llaman centro mundial de pandemias, subrayando que "hay sillas de ruedas y puedes acercar los coches casi hasta la puerta para que todo aquel que vaya con muletas no tenga que esperar”. También destaca la “alegría” por ir a este hospital tan cuestionado: "Había gente que entraba llorando de miedo al Zendal y salían encantados”.
La inquina hacia Podemos
Su manifiesta inquina a la formación Unidas Podemos, es la cantinela diaria. Destacamos su advertencia a los madrileños: “Un día os iréis de vacaciones y cuando volváis Podemos habrá dado la casa a sus amigos okupas" o el calificativo que usa para la dirigente Isa Serra: “Antes de entrar en política, quemaba cajeros”. “En ese partido (Podemos), para ascender hay que ser pareja de alguien”.
Campaña en clave nacional: Ayuso contra Sánchez
La falta de respeto institucional como parte de esa imagen de rebelde y de una especie de nueva Agustina de Aragón, se pudo ver claramente en su rueda conjunta tras su reunión con Pedro Sánchez. Tras agradecerle su oferta de dotar recursos contra la pandemia, dijo: "El covid trae necesidades aparejadas como los de protestas, delincuencia, okupación o los problemas de los menas". En esa estrategia de asumir un rol de política nacional y enfrentamiento con el presidente del Gobierno -lo que parece que le está dando réditos electorales- queda esta frase: "Pedro Sánchez miente como forma de vida. Él pensaba vendernos a todos entre las vacunas y los fondos europeos y se ha tenido que personar en esta campaña. Es el candidato del PSOE en Madrid". Del presidente del Gobierno ha llegado a decir que "ni siente ni padece, no tiene empatía por nada y se ha encargado de mover la opinión desde TVE o el CIS".
Y con trazo grueso, en el programa de radio de Jiménez Losantos calificó la campaña socialista como “patética, deleznable y asquerosa del presidente del Gobierno para meter miedo a la gente".
La búsqueda de razones para justificar la pésima gestión contra la pandemia nos ha traído perlas que serían humorísticas si no fuera por la gravedad de la situación, tales como la de endosar la gravedad de la pandemia en Madrid a la falta de médicos y a las altas notas de corte para las carreras universitarias sanitarias. Olvidó decir en esa ocasión que antes la Comunidad despidió a miles de profesionales sanitarios que trabajaron como refuerzo en la primera ola. Curiosa fue esta definición rayando la xenofobia: “Los contagios se dan sobre todo en los distritos del sur, entre otras cosas por el modo de vida que tiene nuestra inmigración y por la densidad de esos distritos”.
Los clichés bolivarianos y comunistas
Su argumentario se nutre de disparates sobre el riesgo al chavismo y el comunismo que atribuye a la alternativa de izquierdas: “Madrid no puede convertirse en Caracas”. También “El 4 de mayo tenemos una oportunidad histórica para alejar a quienes quieren construir una república caribeña donde no se respeta la propiedad privada”. Y como eje de su precampaña, el slogan: “O comunismo o libertad”. De las fuerzas progresistas en su conjunto mantiene que "la izquierda en Madrid está acabada por mucho tiempo, quiere crear siervos a base de un discurso que se ha caído".
Su inquina al contrario: “Le digo a Gabilondo que, mientras de mí dependa, él no va a ser Defensor del Pueblo. De ahí se va a su casa” o "Me da igual lo que sienta Aguado, más indignada estoy yo".
Silencia o desprecia a Ciudadanos, su antiguo socio
Desprecia a su antiguo socio, Ciudadanos, bien sin reconocerle nada de la gestión que le corresponde o bien con frases como "No van a entrar en la Asamblea. No van a sacar un solo escaño. No hay ninguna encuesta que así lo diga. Por lo tanto, para qué vamos a hacer sangre". Y tras cesar a su vicepresidente naranja dijo lo que sentía: "Me da igual lo que sienta Aguado, más indignada estoy yo". Sobre su competidor más directo, el candidato socialista, comentó: “Le digo a Gabilondo que, mientras de mí dependa, él no va a ser Defensor del Pueblo. De ahí se va a su casa”.
La egolatría de Ayuso
Sus maneras de actuar reflejan un ego enorme: "Tengo perfil propio y aspiro a seguir defendiéndolo"… la que se ha echado a la espalda la Comunidad de Madrid he sido yo", dijo. También esta frase refleja la buena consideración que tiene de sí misma: “Me presento yo. El proyecto lo encabezo yo. La Comunidad me la he echado a las espaldas yo. Y así pienso seguir haciéndolo. Y muestra su orgullo por la iconografía ayusista: "He visto cervezas y camisetas con mi cara" además de erigirse en líder españolista como "la presidenta de todos los españoles en Madrid". .
Y resumimos esta filosofía mix de astracanada, greguería sin inteligencia, boutade y simplemente chorrada, con dos de las más recientes reflexiones “sesudas” e “intelectuales” de la chamberilera: “Quiero un Madrid donde ricos y pobres se entienden en un bar” como si fuera muy común ver a un obrero de Getafe con un ejecutivo bancario en Horcher. Y, por último, “Madrid es diferente a las capitales de provincia porque la gente va a museos y teatros". Pensará la candidata del PP que los de provincias solo podemos acudir a cercados de cabras y lagaretas de cerdos, como máxima expresión museística y de ocio. Debería salir más de Madrid, España no empieza ni termina en Madrid.