El president en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès, ha convocado para el próximo 10 de junio, un día después de las elecciones europeas, el pleno para la constitución del Parlament. En este pleno, el primero de la legislatura tras las elecciones catalanas, se decidirá quién compone la Mesa de la cámara que deben elegir 135 diputados. En otras palabras, se escoge al futuro presidente de la institución, a los dos vicepresidentes y a los cuatro secretarios.
La fecha escogida no es fruto de la casuística, y es que es este el día de margen que tenía, según la ley, para fijar el pleno. Al marcar en rojo este día en el calendario, el president catalán intenta alejar al máximo la constitución del Parlament de los comicios europeos que se celebran el próximo 9 de junio y, ya en clave puramente política, situar a Esquerra Republicana (ERC), que no atraviesa su mejor momento, en la pugna por conseguir la presidencia de la Cámara.
La realidad no es ajena a la agenda política, y es que si los republicanos tienen que pactar finalmente con el PSC resulta más factible hacerlo a partir del 10 de junio que en plena campaña europea.
Patrícia Plaja, portavoz del ejecutivo catalán, ha sido la encargada de comunicar la decisión a la vez que ha explicado que Aragonès ya ha trasladado la fecha a todos los cabezas de lista de las formaciones que han logrado representación en el Parlament. En estas, Plaja ha admitido que se trataba del “último día dentro del plazo legal” y ha defendido que la voluntad del presidente era que el primer pleno “interfiriera lo menos posible” en las elecciones europeas.
No obstante, está claro que el día escogido es la que mejor le viene al partido independentista para pelear por la presidencia habida cuenta de que se desgastaría lo menos posible. Hay que reseñar que, si bien la formación mantiene el hermetismo tanto respecto a las conversaciones con el PSC como con el resto de formaciones, el pasado viernes ya admitió estar dispuesto a negociar tanto por la mesa del Parlament como para la eventual investidura del ganador de los comicios, Salvador Illa.
Los plazos a seguir una vez queden constituida la Cámara y escogida la nueva Mesa pasan porque el presidente o la presidenta del Parlament dispone de diez días hábiles para proponer un candidato o candidata a la presidencia de la Generalitat ronda de consultas con los grupos parlamentarios mediante. De cumplirse todos los trámites en tiempo y forma, el primer debate de investidura se celebrará el 25 de junio, un día después del festivo de Sant Joan.
A raíz de aquí, se abren distintos escenarios. Si ningún candidato lograse la mayoría simple en la segunda votación, que se tendría que celebrar a más tardar el 27 de junio, el presidente del Parlament tiene la posibilidad de proponer de nuevo a un candidato a la presidencia y se repetiría el mismo debate de investidura, para el que es necesario una mayoría absoluta en primera votación y simple en la segunda.
Tras la celebración de la primera votación de la investidura, el plazo de dos meses para la repetición electoral empieza a recorrer. En este sentido, si el 25 de agosto no se ha investido a un nuevo president a la Generalitat, la legislatura queda disuelta de forma automática y Aragonès, como máximo responsable en funciones, debería convocar comicios de manera inmediata. En estas, la nueva llamada a las urnas se debería celebrar en un plazo de 47 días después de la convocatoria. Esto daría como resultado que los catalanes deberían acudir a votar nuevamente el domingo 13 de octubre en caso de que las negociaciones no llegaran a buen puerto.