Hace tan solo un mes el PSOE-M presentaba Madrid Próximo, el proyecto en el que basan su campaña en la capital y con el que pretenden cambiar el modelo de ciudad como si de un nuevo plan de urbanismo se tratara. El ideólogo detrás de todo el proyecto es el urbanista Antonio Giraldo, un autodefinido friki de las políticas urbanas que entró en el PSOE tras la entrada de Vox en las elecciones andaluzas de 2018. Desde entonces, cambió su trabajo en Carrefour por la política de partido en el ámbito del urbanismo. Ahora, aspira a dar el salto a Cibeles como número nueve de la candidatura de Reyes Maroto.

El proyecto es uno de los más ambiciosos que han presentado los socialistas para el Ayuntamiento de Madrid. Con el objetivo de cambiar el paisaje urbano de 16 de los 21 distritos de la capital. "Madrid próximo es un plan estratégico para definir una hoja de ruta de políticas y actuaciones que transformen Madrid en los próximos no solo cuatro años, sino en un horizonte mucho más lejano, es decir, en los próximos 20 o 30. Es decir, cambiar el modelo de ciudad que tiene Madrid y adaptarlo a las necesidades actuales. Porque el actual modelo está caducado y ya casi nació caducado", explica el propio Giraldo el proyecto a ElPlural.com desde su kilómetro cero, en Cibeles. 

"Para contextualizar la importancia de la reforma que planteamos aquí en todo el Paseo del Prado, desde Atocha hasta Cibeles, hay que entender que hace apenas dos años esto se ha declarado patrimonio mundial y esto está incluido dentro de una demarcación que nos ha dado la UNESCO, que le han llamado Paisaje de la Luz, con un entorno reconocido mundialmente", explica Giraldo. "Esta declaración se hizo con un condicionante y es que se declaraba a expensas de que se trabajaran los márgenes de la demarcación, porque una de las digamos cualidades que se pusieron como negativas fue el exceso de tráfico que había, no que era una zona en la que atravesaban muchos automóviles y había una presión de asfalto muy amplia. Se dijo que había que reducirlo", añade.

"Nosotros queremos trabajar en esta línea y por eso proponemos transformar todo este eje, que además es una deuda histórica en Madrid. Es una cosa que se llevó hablando muchísimos años y queremos no peatonalizar el Paseo del Prado, sino darle una forma lo suficientemente amable como para eso, para como para alcanzar el nivel ambiental que tiene que tener el paisaje de salud y a la vez seguir permitiendo un tráfico mínimo". Para ello, y para mantener el 100% del arbolado, proponen dejar con tráfico la acera contigua al Museo del Prado, incorporar un carril bici, peatonalizar, la contraria, cuya acera apenas tiene dos metros de anchura, y reducir el tráfico en Cibeles dejando una explanada hacia la fuente de la diosa que convierta en peatonal más de media plaza. 

No solo en el centro. El proyecto se desarrolla en diferentes ejes que se reparten a lo largo de la ciudad, en especial fuera de Madrid Central y la almendra que forma la M-30. Uno de ellos está en Carabanchel, a orillas de la estación de Oporto. "Hablamos de esas ciudades cercanas con todos los servicios, todo lo que necesita el ciudadano cerca de su domicilio. No entendemos que una ciudad como Madrid, a diferencia de que puede suceder como Valladolid, como Albacete o Santander tienen una dinámica diferente y no podemos hablar de una sola ciudad, sino de una ciudad que nosotros llamamos policéntrica. Hay que ir hacia una ciudad con diversos focos o centros que en este caso son barrios que ya son centros de vida, es decir, ya tienen identidad local, tienen vida comercial y funcionan como pequeñas ciudades", contextualiza.

"Queremos es descentralizar la inversión del centro de Madrid y llevarla a los barrios, no a fuera de la M-30 y Carabanchel. Es uno de los focos más importantes, también por la cantidad poblacional que tiene. Y aquí localizamos uno de los espacios saludables", comenta en General Ricardos". "Son calles, avenidas muy residenciales, también muy comerciales, especialmente General Ricardos, que atraviesa completamente el distrito hasta Marqués de Vadillo. Lo que queremos es transformarla completamente. Estas son para nosotros ejes cívicos, porque tienen ya una función social de encuentro, de comercial muy potente. Queremos facilitar que el espacio público sea bueno para eso, es decir, no con aceras tan estrechas como tiene la calle de la Oca o con la ausencia completa de árboles o con exceso de asfalto. Queremos reequilibrar ese espacio peatón al reverdecer y dotar de esos espacios de para sentarse.

Para Giraldo a Madrid le falta un modelo de ciudad. "Tiene un modelo que es el no modelo, una ciudad más pensada para las eventualidades o inversiones de mercado donde realmente no hay un modelo de barrios. Esta calle no puede ser en un contexto de emergencia climática. Si contamos la anchura que tiene el asfalto, nos da más que la propia Gran Vía", comenta en la calle de la Oca. "No hay un solo árbol, hay un exceso de asfalto que provoca la isla de calor, hay un exceso de vehículos aparcados, que encima no son aparcamientos de residentes", indica.

En otro punto de la ciudad, en Puente de Vallecas, el PSOE propone con Madrid Próximo dos reformas concretas en dos puntos del distrito. Por un lado, en la zona de Doña Carlota y otra en San Diego, con su cara más visible en Sierra Carbonera. Son barrios con una inversión muy baja en comparación otros puntos de la ciudad como la Puerta del Sol. "El problema no es que la Puerta del Sol sea dura, que lo es, sino que Madrid hay miles y miles de calles que son como estas", indica ya desde Sierra Carbonera, "donde sí que vive un montón de gente y donde hacen vida diaria las personas mayores, que son las que más sufren las consecuencias del calor en verano o niños donde jamás se ha planteado siquiera una reforma para mejorar esto y que nadie ha invertido aquí en 30 o 40 años".

"Probablemente los vecinos hacen más vida en estas calles que en la Puerta del Sol o el Paseo del Prado. Madrid es una ciudad muy grande, con un presupuesto muy amplio. Se puede hacer todo, ¿pero por qué no lo hacemos? Esa es la pregunta", indica mientras fotografía ejemplos de intervenciones urbanas hostiles entre toma y toma en el barrio, en el que presentan su propuesta de transformación este domingo.

"Nosotros que llevamos en el programa el cumplir con la regla tres, 30 o 300, que es tres árboles desde la ventana de tu casa, 30% de cobertura vegetal en el barrio y estar a 300 metros de una zona verde. En San Diego no se cumple ninguna. En este barrio ni hay árboles ni elementos de sombra. No hay itinerarios accesibles. Este tipo de calles tan duras no son aceptables en una ciudad como Madrid. La calle en agosto es intransitable y además esto provoca mortalidad, porque al no salir de casa provocamos sedentarismo porque no es agradable salir", denuncia.