La confluencia andaluza de Podemos con Izquierda Unida que inicialmente parecía que iba a ser un proceso pacífico y sin contestación interna en la formación morada muestra indicios inequívocos de todo lo contrario.

La dirigente crítica Isabel Franco, identificada con las posiciones de la dirección nacional que encabezan Pablo Iglesias y Pablo Echenique, liderará una lista propia a las primarias que se celebrarán del 10 al 16 de julio y cuyos resultados se proclamarán el mismo día 16.

Así lo han confirmado a este periódico fuentes oficiales de la candidatura de Franco, que concurrirá con la denominación Defender Podemos Andalucía, según ha adelantado eldiario.es en una información firmada por Daniel Cela.

De alternativa nada

Las mismas fuentes no quisieron adelantar más detalles del proceso de configuración de la lista ni de sus planes futuros, aunque sí rechazaron explícitamente que se la denomine “candidatura alternativa”.

La coordinadora regional, Teresa Rodríguez, cuyo proyecto propio de confluencia con IU despierta fuertes recelos en los Pablos, liderará la candidatura ‘oficialista’ y es la favorita para vencer en unas primarias cuya lista ganadora coparía, al menos en principio, el 60 por ciento de los nombres del cartel electoral de Podemos para las autonómicas, previstas inicialmente para marzo de 2019 aunque podrían adelantarse al último trimestre de 2018. El reglamento de Podemos garantiza que las minorías derrotada en primarias tengan presencia en las listas electorales.

Los apoyos de Franco

Aunque tiene detrás nombres como los de Noelia Vera, Ana Belén Terrón, Juan Antonio Delgado, Jesús de Manuel, Isabel Reyes, Benjamín Ortega o Toñi Fernández, la relevancia de la candidatura de Franco viene dada no tanto por los apoyos con que cuenta en Andalucía, y que hoy por hoy parecen muy minoritarios, como por el hecho de contar con el respaldo de Pablo Iglesias, Pablo Echenique y la dirección nacional del partido.

Para estos, al igual que para Isabel Franco, la hoja de ruta de Teresa Rodríguez tiene como objetivo último desligarse de Podemos para crear un partido propio y distinto del morado. Rodríguez ha negado una y otra vez que sean esas sus pretensiones, pero Madrid no la cree.

Y es que, para la dirección nacional, las primarias conjuntas de IU y Podemos que, con un censo propio, se celebrarían después de las de Podemos de la semana que viene y de las que saldrían las listas electorales definitivas, son un torpedo en la línea de flotación del buque morado.

Razones y recelos

¿Tienen los Pablos motivos fundados para desconfiar de Teresa? Seguramente, pero no menos de los que tiene Teresa para intentar un camino propio de confluencia que no repita los errores cometidos cuando desde Madrid se creó la marca Unidos Podemos. El elemento diferencial tal vez más importante de ese camino es el mayor peso que en él tendrá Izquierda Unida y que a su vez intenta reflejar el relevante peso local que las siglas fundadas por Julio Anguita tienen en Andalucía.

El líder de IU, Antonio Maíllo, difícilmente habría podido convencer a los suyos –y aun así no lo ha logrado del todo– de que unir su destino electoral al de Podemos era una buena idea si él y Teresa Rodríguez hubieran hecho las cosas en Andalucía como las hicieron Alberto Garzón y Pablo Iglesias en España al fundar Unidos Podemos.

Aun sin ser esa su intención, la confluencia andaluza no deja de tener bastante –o incluso mucho– de enmienda a la totalidad del proyecto de Garzón e Iglesias. Algo que, naturalmente, tampoco ayuda.