El mundo cofradiero de la Semana Santa se halla en un momento de gran normalidad y en el que, más allá de la fe que los ciudadanos profesen, sus miembros y las hermandades se vuelcan en un fenómeno que para unos supone una expresión religiosa y para otros una manifestación cultural. La Semana Santa de Málaga se ha convertido además en un elemento importantísimo de atracción turística y motor económico de primer orden al que contribuyen de manera protagonista los cofrades y hermandades malacitanas. Este hecho es así y la prueba clara es el respeto y apoyo, de las instituciones y de la propia sociedad hacia el movimiento semanasantero de Málaga.


Cofradía paramilitar del bando "nacional"
Pero hay un hecho que desde hace años altera esa normalidad que mencionamos. Se trata de la existencia de una imagen de un Cristo crucificado y la de su cofradía. no sale a la calle desde el fin del franquismo por su marcado carácter guerracivilista. Sus orígenes paramilitares la delatan. Se crea tras la guerra civil para recuerdo de los militares que resultaron con heridas de mutilación en la contienda. Pero eso sí, los soldados del bando nacional, solo ellos, los republicanos no. De hecho el general fundador de la Legión, Millán Astray fue su primer hermano mayor efectivo. Año tras año, desde 1939 en que crea, la Catedral de Málaga acoge los Viernes Santo la la imagen portada por las calles en un Vía Crucis del Cristo Mutilado. Para poder desfilar hubo que pedir permiso al Vaticano, autorizándolo el Papa Pío XII que lo concedió.

Una provocación cada Viernes Santo
Con la Transición, en 1977, el Obispado de Málaga acordó que el Cristo mutilado no podría salir en procesión. Sectores respetuosos con el sistema democrático y la reconciliación nacional presionaron para que así fuera. A esta decisión coadyuvó mucho la petición de los mutilados del ejército republicano para participar en el desfile, algo solo reservado a los miembros del Cuerpo de Caballeros Mutilados por la Patria, el "bando nacional". Ante la insistencia en procesionar de nuevo, el 
Obispado siguió prohibiéndolo permitiéndole solo el Vía Crucis del Viernes Santo. En 1996, según los Estatutos de la Agrupación y al llevar cinco años sin desfilar se la desagrupó, y la polémica por no salir continúa hasta ahora. Sin embargo su tránsito cada Viernes Santo hacia la Catedral año tras año por las calles malagueñas, constituye una muestra más de los fuertes vínculos entre el régimen franquista y el “Nacional-catolicismo". Para más "INRI", nuna mejor expresado, el polémico obispo Catalá acompaña en el trayecto a los hermanos y al Cristo Mutilado hasta la catedral, lo que supone un respaldo claro a la Hermandad.

La cofradía se niega a restaurar la imagen
Esto, más los deseos de un sector pequeño de que el Cristo participase con desfile propio, molesta y divide a la inmensa mayoría de los miembros directivos de la Agrupación de Cofradías y del resto de Hermandades. Entienden que esta hermandad aun no ha evolucionado a fechas de convivencia y que es un símbolo del pasado con connotaciones franquistas que hiere a las personas que no se sienten representadas ni por sus orígenes ni lo que representan, la victoria y el desfile por las calles de un bando victorioso sobre otro perdedor.. Mantienen 
que hasta que sus piernas no se restauren y representen a todos los mutilados, es una provocación inadmisible. Otro sector piensa que hasta el propio desfile del Vía Crucis es algo anacrónico en estos tiempos de normalidad democrática. Para adaptarse debería comenzar por restaurar las piernas del Cristo y la Cofradía se niega de plano a ello.

Uniformes falangistas y trajes de "cruzados"
Los más acérrimos defensores del Cristo Mutilado y de sus orígenes no dudan en reabrir las heridas que se cerraron. Expresiones tales como que es una imagen
 destruída por los "impíos marxistas” y los asaltadores de iglesias de las “hordas rojas”, se pueden encontrar en distintos blogs, artículos y webs de recalcitrantes defensores de una supuesta historia de la Semana Santa malagueña. Fiel a sus orígenes, ese sería su eslogan. Un debate que divide al mundo cofradiero y que aun no alcanza solución.  Sus orígen "nacional-católico lo corrobora el hecho de que en su constitución solo eran admitidos miembros "caballeros" mutilados, del bando nacional, claro. Durante su desfile algunos cofrades exhibían uniformes militares y falangistas. En 1958 "innovaron" vistiendo trajes de "cruzado’.